Hay algunos hombres que se destacan del resto por su insaciable capacidad de demostrar infantilismo e inmadurez. A estos hombres se les llama los “Peter Pan” porque, así como el famoso personaje de libros infantiles, se niegan a crecer a toda costa y comportarse como adultos.
Tener a tu lado a un hombre infantil puede ser bastante tormentoso y provocarte muchísimo sufrimiento. Por lo tanto, es importante que estés alerta con tu chico si deseas que tu relación transcurra con naturalidad y sea una fuente de alegría y crecimiento personal. Si sospechas que tu hombre es inmaduro, lee las siguientes líneas que preparamos para ti.
–Detalle #1: No asume responsabilidades.
Si es un hombre que suele huir de las responsabilidades del hogar tales como proveer el sustento, limpiar, reparar los artefactos o, peor aún, suele huir de sus obligaciones como padre o esposo, pues lo más probable es que te encuentres en presencia de un hombre inmaduro. Como los niños, trata de huir del cumplimiento de sus deberes.
–Detalle #2: No se compromete.
No respetar su palabra y vivir la vida en un constante vaivén son clarísimos indicadores de que ese chico sufre del síndrome de “Peter Pan”. Igual que los niños, escapa de los compromisos por tornárseles sumamente pesados.
–Detalle #3: Dependen de ti emocionalmente.
A igual que un niño, quieren mantener su objeto de placer y deseo a su mero control y si, por cualquier circunstancia, dejan de poseerlo, pues armaran un berrinche y un quiebre emocional desproporcionado. Si no hace más que perseguirte y no construye una vida propia, pues me temo que tu hombre es infantil.
–Detalle #4: No sabe lo que quiere en la vida.
Es totalmente normal tener esta confusión cuando nos encontramos en las etapas tempranas de la vida, pero si ya se has pasado el umbral de los treinta años y aún sigues con la misma inquietud, lo más probable es que seas inmaduro. Un hombre que ya ha alcanzado la adultez sabe lo que quiere y lucha arduamente para lograrlo.
–Detalle #5: Se viste y comporta como un niño.
No hay nada de malo en querer vestir la última moda o saber acerca de las tendencias del momento, pero es un comportamiento extraño e inmaduro el vestirse como si fueras un adolescente o, peor aún, comportante como tal en plena luz pública, haciendo ademanes o utilizando expresiones propias de los jóvenes. No hay que olvidar que un espíritu joven no implica ser inmaduro.