Descubre cómo vivió Frida Kahlo la infidelidad de Diego Rivera

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Diego Rivera tenía 43 años y Frida 22, casi le duplicaba la edad. Igualmente, Diego siempre supo cómo complementar a Frida, hacerla suya, cómo navegarla toda y nunca dejar que ella se fuera de su vida.

Diego Rivera era una persona bastante particular, pesaba 120 kilos, medía 1,85 metros, no le gustaba bañarse y su barriga sobresalía de su cuerpo. Le llamaban sapo y elefante, también fue una persona bastante infiel y sin culpa, por supuesto que mucho menos con la disposición de querer cambiar ese aspecto en su vida.

En el momento en que se fue a estudiar a Europa, conoció a Angélica Beloff, una artista que quedó completamente enamorada de este pintor mexicano. Se casaron y luego tuvieron un bebé, el cual muere a los catorce meses después de nacer mientras el pintor ya tenía una relación con otra persona, su nombre fue Marie Bronislava Vorobieff – Stebelsa, conocida popularmente como Marevna y con quien también tuvo una hija que se llamó Marika Rivera.

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Diego, parecía haber encontrado el amor en Frida y ambos cumplían justamente con lo que el otro quería. Él era un hombre con criterio, metas y una personalidad centralizada, se hizo cargo de Frida, quien buscaba protección, alguien que estuviera dispuesto a cuidarla.

El título que comienza este artículo no miente, ni la hermana de Frida se salvó de caer en las manos de Diego Rivera. A pesar de esta infidelidad, la cual fue en el año 1995, ellos permanecieron juntos hasta 1939, no obstante, en ese tiempo, Frida decide llevar una relación abierta con el pintor y llegar al acuerdo de ser infieles mutuamente. Después de eso, se separaron, para luego volver a casarse en 1940.

Fue un amor que parecía ser dependencia por parte de Frida y egocentrismo por parte de Diego. La venganza siempre estuvo presente: Frida tuvo muchísimos amantes por cada espacio que tuviera su cama y muchos afirman que Diego Rivera era una persona sumamente celosa. Pues, nunca estuvo muy dispuesto a compartir a Frida, pero él si tenía derecho de tener una variedad de amantes.

Las relaciones abiertas no existen, o son relaciones formales o solamente son citas casuales y ya. Debido a que, donde hay sentimiento, no debería existir otra persona con la que debas compartir un momento de pasión que sencillamente puedes hacerlo con tu pareja.

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Muy pocas personas son capaces de aceptar lo que Frida aceptó, ¿Tú lo harías?