Cuando nos enamoramos las emociones nos invaden, todo nos parece maravilloso, innovador, todo resulta una sorpresa emocionante y además nuestro tiempo se unifica con el de la otra persona y absolutamente todo, lo queremos hacer juntos, ningún instante nos parece suficiente, siempre queremos más, esta es la principal característica de estar enamorada.
Dejar de amar…
Sin embargo, aunque no nos guste, el desamor también llega, de nuestra parte o de parte de nuestra pareja y muchas personas se hacen la vista gorda y sencillamente continúan adelante ante el hecho de dejar de amar.
El desamor puede llegar de una manera sutil, pero al dejar de amar llegará un momento en que nos daremos cuenta que todo se ha resquebrajado, todo lo que antes amabas de él ya te da igual, reaccionas de una manera neutral ante cada una de sus acciones ya no lo extrañas como antes y no esperas ansiosa su llegada.
Al dejar de amar surge un antes y un después…
Lo que antes te encantaba compartir con él ha perdido prioridad, ya tus cosas son sus cosas y pierdes interés por las cosas de él, incluso ya no te importa que viva pegado al teléfono o en alguna conversación, le has dado una Independencia plena, porque de alguna manera quieres la tuya, salir con amigos en común es una gran manera de escapar a la rutina, más cuando tienes alguna salida a la que debes ir sola, te sientes tan emocionada como en la adolescencia.
Finalmente, tenemos muchos otros indicadores cuando llega el desamor, por supuesto que la intimidad ya no es la misma, las preocupaciones no son iguales, albergas una sonrisa y una razón de agradecimiento hacia él, pero ya ha dejado de ser como mujer, se ha convertido en algo fraterno y solidario, pues esa persona ha sido tu acompañante y de alguna manera siempre lo has disfrutado, sin embargo en la relación de pareja hay ciertas cosas que deben mantenerse, sino el fuego sencillamente se extingue y nos topamos con el desamor y la indiferencia, sólo queda la sensación de que se ha extinguido la tempestad y sólo queda un mar en calma…
Fuente: Mujer