La indiferencia asertiva es una expresión que se comenzó  a emplearse en el ámbito de las relaciones amorosas. Sin embargo, poco a poco la definición se ha ido utilizando en otras áreas, enseñando  ser un pensamiento interesante para gestionar diferentes  situaciones.

 

“definición  de indiferencia asertiva”

Es una aptitud  que bloquea voluntariamente cualquier tipo de acción externa, frente a un estímulo determinado. Como si no importara o afectara de ninguna manera. Se trata de un comportamiento  simulado. El objetivo  es no revelarle a otro lo que estas  sintiendo.

“Dondequiera que la gente se sienta segura (…), sentirá indiferencia”. Susan Sontag.

Esto  exponer las emociones reales hacia otra persona. Al comienzo esto podría parecer una modalidad de fingimiento o de manipulación. Sin embargo, es todo lo contrario. La idea primordial es evitar expresar  las flaquezas o debilidades para no ser controlados  por otros.

“La indiferencia asertiva en el terreno amoroso”

El terreno de la pareja a veces es un jardín de muchas flores, pero algunas  veces también es un campo de lucha. Existen muchos elementos de poder que se juegan en ella. No hacemos referencia solamente al machismo proverbial que reina  en casi todo el mundo. Las mujeres también tienen comportamientos  de poder en muchas ocasiones.

El tanteo  es cuando una persona de la relación  quiere probar cuánta influencia tiene sobre su pareja. Esto se ocasiona sobre todo al inicio de la relación. También pasa cuando la pareja terminan, sin mucha convicción, y uno de los dos miembros quiere medir qué probabilidades  tiene para volver a intentarlo.

Es una especie de impulso  de fuerzas. En ese caso, la indiferencia asertiva puede ser una buena solución. Hacer creer  que no se siente nada, ya  sea para evitar que se concrete la manipulación, o para detener  que se reinicie una conexión que ya hemos dado por terminado. No es una mentira como tal, sino un método para lograr un bien superior.

 

Indiferencia asertiva y vínculos conflictivos

La indiferencia asertiva también es una respuesta cuando hay vínculos conflictivos persistentes. Ejemplo: cuando hay  un compañero de tu lugar de  trabajo con el que sistemáticamente tienen  diferencias que conlleva  a una inquietud. Ya conoces  que no hay caso. Por algún motivo, para esa persona es muy  necesario desarrollar contradicciones contigo.

Si ves que la conversación es difícil, la mejor alternativa es la indiferencia asertiva. Cual implica a no generar  provocaciones, no darle importancia a comentarios ofensivos y, en últimas, eliminar  todo ese  vínculo genuino con esa persona. El primordial objetivo  es no dar una  respuesta a los estímulos que te proponen y que al final solo te llevan  a escenarios ácidos  e inútiles.

A través del tiempo la indiferencia asertiva se transforma  en una forma  de desactivar la aptitud  nociva del otro sujeto. Al ver que no consiguen respuesta, en algún momento abandona ese tipo de comportamientos.

 Un mecanismo  para sortear situaciones

Esta indiferencia se utiliza en  situaciones problemáticas de cada día. La gran mayoría de las ocasiones  algunas  diferencias son realmente insignificantes. Sin embargo, hay momentos que  dan paso a confrontaciones de mayor dimensión. Ya sea de cualquier modo, continuamente  tenemos que tomar la decisión de  si llevamos una diferencia a otra etapa o no.

La  asertividad es claramente  una  habilidad social que permite defender tus derechos correctamente. Dale  un límite al abuso. Pero para que se haga de manera afectiva, se debe aprender a diferenciar  cuando  tus derechos están en peligro y cuando no.

No todo suceso conflictivo  amerita una reacción por nuestra parte. El dejar pasar es un componente que forma  parte de la indiferencia asertiva. La cual implica  una valoración en la que se pone en equilibrio qué nos trae muchos beneficios y menos resultados negativas. Darle respuesta a  la agresión de una persona borracho, por ejemplo, solo es valida si de verdad  pone en riesgo  algún bien esencial.

 

La indiferencia asertiva es un mecanismo  para gestionar diferentes condiciones conflictivas, de forma sabia. A veces lo mejor que podríamos hacer  antes una situación problemática es no hacer nada.