En algún momento de la vida sentimos que no podemos más y nos damos por vencidos. La tristeza, el agotamiento, la desesperación nos vence y dejamos de intentarlo.
A veces las cosas que queremos están fuera del alcance de nuestras manos, sin embargo perdemos más si dejamos de intentarlo, perdemos la gran oportunidad de ganar, la oportunidad de seguir adelante, la oportunidad de alcanzar nuestros sueños, de llegar a esa meta que nos hemos planteado.
Como seres humanos es natural tomar decisiones equivocadas y sentir temor por equivocarnos de nuevo y no llegar al escalón deseado, sin embargo, lo mejor es seguir adelante y luchar por aquello que quieres alcanzar, pues nadie ha dicho que los éxitos son de fácil alcance.
Si sientes que puedes recuperar el tiempo, cualquier señal o detalle que te muestre que estás en una etapa de tu vida en la que puedes continuar luchando, lograr esa meta que dejaste atrás, no te des por vencido. Inténtalo no una sino mil veces, o todas las veces que sean necesarias, pues la experiencia y la enseñanza nunca debe ser menospreciada.Caprichosamente a veces el momento en el cual decidimos no continuar es cuando más cerca estamos de nuestra meta y de alcanzar el logro deseado, simplemente jamás nos percatamos de la oportunidad que perdimos y esto queda en el pasado y damos vuelta a la página, nos alejamos de personas que amamos, rompemos con relaciones maravillosas, dejamos nuestros empleos y a nuestros amigos por tonterías y por situaciones en las que simplemente, fue más fácil darse por vencido.
Siempre continúa adelante, en la lucha está en la voluntad de terminar tu camino, todo aquello que inicias tiene un fin, no dejes las cosas a medias, no te des por vencido, la vida está diseñada para luchar y nosotros somos los guerreros.
Fuente: Rincón del Tibet – Marvi Martínez