Al hacer contacto con la naturaleza nuestros sentimientos se relajan, nuestro cuerpo se comporta y nuestra mente se detiene para apreciar lo bonito que es alrededor nuestro. Todo se vuelve mágico, único y pacífico. Dándonos el regalo de la meditación y la concentración en las etapas de nuestras vidas. Y más en la etapa del desamor, una de las experiencias más abrumadoras. Así que es bueno conectarnos con la naturaleza en esta transición de nuestra vida.
Respira el aire puro
Al sentir el aire puro recorriendo por tus pulmones haces que el cuerpo encuentre el equilibrio de todo lo natural. El ejercicio natural de la respiración adquiere un matiz distinto, más profundo, conectando con el presente a modo de causa efecto.
Una agradable evasión
El espacio de la ciudad es tan diferente al escenario natural, siendo un contacto agradable para romper la rutina, teniendo sensaciones y emociones agradables como la ilusión, la serenidad, la calma y el bienestar.
Reduce el estrés
Durante el desamor existen muchas terapias distintas para aliviar el dolor. Una de esas terapias es el contacto con la naturaleza. El bienestar que produce es una especia de anestesia que calma las heridas de un modo depurativo.
Desconexión de la tecnología
La tecnología nos tiene controlados, ya que podemos ver mucho del pasado por ese medio. Sin embargo, el contacto con la naturaleza es tan saludable porque reduce el estrés tecnológico.