En este artículo se va a realizar una revisión a las características de la psicopatía, pero recuerde que finalmente es un profesional el que debe emitir el diagnóstico,no simplemente porque alguna persona presente algunas de estas características significa que es un psicópata. Para mayor claridad sobre los rasgos de la psicopatía vamos a hablar de las características emocionales del psicópata, para luego hacer más hincapié en distintos aspectos de su estilo de vida:
1- Emotivos: El área emocional/interpersonal, es sin lugar a dudas la que más diferencia al psicópata de la persona normal. Se podría decir que no sienten las emociones como el resto de las personas. Se muestran como personas locuaces, se expresan con encanto, tienen respuestas vivaces y presentan historias muy improbables, pero convincentes, que les deja a ellos en buen lugar.
2- Superficiales: Se observa mucha superficialidad, habla de cosas atractivas para las que no tiene preparación, como poesía, literatura, sociología, o filosofía. Y no le suele importar mucho si se evidencia que sus historias son falsas, o lo ponen en evidencia.
3- Narcisistas: El psicópata tiene además, una autoestima muy elevada, un gran narcisismo, un egocentrismo descomunal y una sensación omnipresente de que todo le es permitido. Se siente el centro del universo.
4- Fríos: No experimentan ninguna preocupación por los efectos de sus actos en los demás y, en ocasiones, lo manifiestan claramente. Esta falta de remordimientos y sentimientos de culpa lo lleva a tener una conducta “fría” y distanciada emocionalmente.
5- Mitómanas: Además, tienen mucha dificultad en ponerse en el lugar de los demás (empatía), y suelen mentir, engañar y manipular con el objetivo de salirse con la suya.
6- Impulsivos: A nivel conductual suele ser una persona impulsiva, que no valora los pros y los contras de sus actos. Esta misma impulsividad lo lleva a un deficiente control conductual, es extraordinariamente reactivo a lo que él considera que son las provocaciones o insultos, que no se consideran como tal por otras personas, actuando con violencia física y verbal, normalmente desproporcionada a la “ofensa” sufrida. No posee la capacidad de inhibir su respuesta que generalmente suele ser muy agresiva, tanto física como verbalmente.
7- Adictos a la adrenalina: Siente, además, una necesidad de excitación continuada, lo que le lleva a realizar todos los deportes de riesgo posible, y a consumir distintas drogas por sus efectos eufóricos, sin valorar en ningún momento las posibles consecuencias negativas.
8- Irresponsables: Encontramos también una falta de responsabilidad, tanto individual, como cuando varias personas dependen de él, por ejemplo, empleados o familiares, estos últimos se presentan, en ocasiones, como obstáculos para poder realizar sus deseos, lo que lo lleva a conductas agresivas. La vuelta al hogar se siente como un descanso para reponer fuerzas, más que como una forma de convivir con la familia.
Todos estos rasgos emocionales, de personalidad, y conducta, nos presentan a una persona que no siente remordimientos de sus actos, cuyo objetivo es siempre salirse con la suya, embaucador, que sabe venderse a sí mismo, y que, puesto que no siente empatía, está dispuesto a cualquier cosa para hacer prevalecer sus deseos y opiniones. Cuando alguien le lleva la contra explota con facilidad, y tiene una respuesta muy desproporcionada, y generalmente agresiva, verbal o física. Señales de alerta en la infancia.