Cuando una abuela cuida de su nieto, alarga su promedio de vida.

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Después de haber realizado gran parte de nuestras metas, y cumplir algunos objetivos en la vida, tener un hijo, es el mayor de los logros, ese que supera todos nuestros objetivos y expectativas.

El amor, la incondicionalidad y la necesidad de protección que conseguimos son incalculables. Pero, si bien este estado pareciera ser el más grande, hay otro que no solo lo supera, sino que también nos aporta grandes beneficios.

Si el amor de hijos es grande, el amor a los nietos es mucho mayor, es doble, incalculable, insuperable e infinito. Y es que los abuelos, expresan que tener nietos es una experiencia increíble, el amor que surge incondicional para los hijos y nietos es indescriptible.

Según The Evolution and Human Behavior de Berlin, que ha analizado el envejecimiento de las personas, afirma que el cuidar a estos pequeños nos alarga la vida.

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La encuesta realizada entre un poco más de quinientas (500) personas mayores de setenta (70) años, demostró que las personas que cuidaban nietos tenían menor riesgo de morir por un período de por lo menos veinte (20) años, es decir, que los que cuidaban niños, alargaban sus vidas.

Dicen que existe un vínculo entre cuidar a alguien y reducir nuestros niveles de estrés.

Según el Dr Ronan Factora de la Clínica Cleveland, aumenta el contenido diciendo que socializar con amigos y estar físicamente activos ayudan también a lograr una vida larga y feliz en nuestra vejez. El hecho de sentirse necesitado y tener responsabilidades nos hace sentir plenos y felices.

Por ello que tener al cuidado a nuestros nietos nos aporta esta cuota indispensable para nuestro bienestar.

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No solo prestamos atención a los movimientos que el niño realiza, sino que estamos atentos a sus necesidades. Les hacemos las comidas, siempre saludables y de acuerdo a su edad, nos tiramos al suelo para jugar con ellos o simplemente levantar sus juguetes. La salida a tomar sol sea de la mano o en el cochecito de paseo nos genera energía a nuestra salud, nuestros huesos se revitalizan.

Y por supuesto que cada vez que realizan algo diferente, consiguen hacer algo más en sus pequeñas vidas nos llena el corazón de placer y alegría.

Todo esto, nos hace poner en movimiento, nos genera sentimientos permanentes de placer y amor y nos hace sentir útiles.