A veces, la vida nos pone personas a las que amamos con el alma, pero eso no significa que el destino será cómplice y nos mantendrá junto a esa persna, aunque se extrañe. Por lo que en el presente artículo, compartimos las palabras de una mujer que extraña a un amor.
“A veces me entra una angustia, una sensación de incomodidad en el pecho y las ganas locas de escuchar su voz. A veces lo extraño y quiero llamarle, pero no lo haré porque sé que es lo mejor. Porque los días se han vuelto grises y la resequedad de mis labios me gritan su nombre, pero debo ser fuerte. 
A veces lo extraño y quiero llamarte, quiero escuchar su risa, la que es capaz de limpiarme el alma y decirme que todo va a estar bien. A veces quiero llamarle para contarle mis miedos y mis tristezas, pero debo guardarlo todo. Imagino cómo sería si aún estuviéramos juntos, lo divertido que es amanecer a su lado y hasta me gusta pensar que nos volveremos a ver.
A veces lo extraño tanto, que le llamo y luego me arrepiento, cuelgo y me digo una y otra vez, ¿qué estás haciendo? No está bien, porque duele, porque el proceso de dejar ir está acabado con mi paciencia y volver al inicio, es cavar mi propia cruz.
Me altero, me prometo que será la última vez, pero todo se pone peor. Y es que no hay nada más triste que imaginar que un día él cruzará la puerta. Diciéndome que me extraña, que lo nuestro puede con todos estos meses lejos y si es necesario con años. 
Me hago historias, como si todo se fuera a solucionar, como si fuera tan fácil devolver la magia, pero luego mi cabeza cae decepcionada porque no será así. Sé que no debo llamarlo porque es lo mejor, tengo que ser fuerte hasta que todo pase, hasta que no sienta tanta ansiedad de ti.
No lo haré, porque estoy cansada de tus sobras, porque sé que merezco algo mejor y porque quiero mi estabilidad emocional. Sí, tal vez la tristeza me invada, pero sé que no será para siempre y tal vez mañana todo sea mejor”.