Según la filosofía griega, el ser humano posee cualidades que lo hacen único a cada individuo. La dignidad, es la más importante de estas cualidades y, por ende, debemos apreciarla, cuidarla y darle el puesto que merece. Es tal la importancia de esta cualidad, que se considera una redundancia decir “Dignidad humana”, puesto que los filósofos concuerdan en que todo ser humano, en mayor o menor grado, es digno, y es esta la única cosa que no puedes quitarle a alguien en su vida.
Para hablar del primero y más grande de todos los amores, hay que hablar de dignidad, pues esta, es lo que nos hace humanos o, mejor dicho, personas. La esencia del ser, está ligado fuertemente a tal cualidad. Amarse, es reconocer que posees una dignidad y que los demás deberán aceptarla para que tú, des un pedazo de ti. De este modo, el primero y más grande de todos los amores, es el amor propio, pues a partir de él, se nutre el amor que damos a los demás.
La relación del amor y la dignidad, no termina ahí. De hecho, otros filósofos, como Santo Tomás de Aquino, consideran que amar, representa una fractura casi voluntaria del YO interno. Esto con el fin de dar un pedazo de dignidad propia a quien se ama, con la esperanza de que esa persona, también de un poco de su dignidad para ti.
Lo curioso de ello, es que a pesar de que te rompas en mil pedazos a lo largo de tu vida, y ningunos de esos fragmentos vuelvan a ti, aún posees un trozo de dignidad dentro de ti, al cual siempre debemos recurrir cuando de amor propio se trata.
Entonces, ¿Por qué es tan importante amarse primero que a los demás?
Lo que tú das, es un reflejo de lo que hay en ti. Amarse, enriquece y fortalece el espíritu, la razón, la conciencia, como le quieras llamar. Pero es ese enriquecimiento interno, lo que hace que puedas ofrecerte de manera adecuada a los demás.
No digo que el que no se ama, no puede querer al otro. Sí, efectivamente lo hace, y quizás incluso con mayor intensidad que el que si logra amarse. El problema viene cuando el otro intenta amarte y se da cuenta de que hay una desvalorización profunda en tu interior. Entonces, ¿Qué puede amar de ti? ¿Quién va a respetar a alguien que no se ama? ¿Cómo puedes reconocer si lo que tu sientes es amor, cuando no has aprendido a amar a la persona más importante del mundo? Esa persona, eres tú.
Autor: Ángel Dichy.