Una de las peores experiencias es el desamor, sientes un dolor inmenso que es difícil de curar. Tienes que pasar tiempo para poder recuperarte. Lo bueno es que podemos aprender de esta gran herida y seguir adelante con nuestras vidas.
La esperanza es una emoción ambigua
La esperanza es como un dulce que se asoma en el horizonte y que te ayuda a sobrellevar a una realidad más amarga que viene a ser el presente. Es decir, es una emoción que integra la tristeza del ahora con la alegría en potencia del mañana.
Eres vulnerable
Aunque no quieras mostrar tu debilidad, en tu interior, sabes que eres vulnerable. El desamor afecta al núcleo esencial de la persona, es una situación de dolor que produce la experiencia amarga de la soledad.
Los finales tristes también existen
El amor no sólo se basa en la felicidad sino también es parte de un final triste. Ya que el enamoramiento puede también dar lugar a la tristeza, produciendo un malestar al corazón. Aprendemos que no todo es felicidad, que tenemos que ser consciente que en algún momento de nuestra vida va a terminar.
Cansancio psicológico
El desamor te agota mentalmente. Te sientes cansada de hacerte las mismas preguntas que brotan del corazón. Todas estas preguntas marcadas por la incertidumbre del mañana. Sin embargo, la incertidumbre no sólo está presente en el desamor, sino también en el amor ¿Cuál es la diferencia? Que en el desamor es más difícil resistirlo por motivo que duele más.
Por tanto, el desamor es una vivencia de la que se aprende muchas cosas. Haciéndonos más consciente de las cosas y de la realidad.
No por esto no creerás en el amor, al contrario, sabrás que nada es perfecto ni siquiera el amor. Aprendiendo así a no juzgar y ser consciente con lo que das y con lo que recibes sin exigir nada a nadie.