Mucho se habla del amor como algo eterno, puro e incomparable. Todos queremos vivir en un estado permanente en el que experimentemos este sentimiento, pues el bienestar que causa, aunque no tenga una explicación universal, es algo que prácticamente resulta adictivo.
¿Y cómo describir el amor? Lo cierto es que numerosos poetas, artistas y pintores han hecho un esfuerzo extraordinario por acercarse a una definición. Sin embargo, lo que terminan ofreciendo es algo que, aunque se parezca a lo que sentimos, termina respondiendo a algo particular de cada quien. Es por eso que a veces sentimos que las palabras no alcanzan para expresar este sentimiento.
De cualquier manera, dentro del amor hay ciertos valores que debemos cultivar si queremos que vaya más allá de eso tan intenso que sentimos al principio y que con el tiempo se va desvaneciendo de manera inevitable, sólo para dar paso a algo más calmado pero que no deja de ser verdadero. ¿Y cuál es ese factor que permite que el amor alcance esa etapa y siga su camino hacia el perfeccionamiento?
Algunos dirán que la confianza, otros que es el respeto mutuo, muchos estarán de acuerdo con que la comunicación es el factor estrella o quizá mantener relaciones sexuales satisfactorias. Lo cierto es que con el transcurrir de los años hay algo que permite que la pareja se mantenga trabajando en equipo para reinventarse cada día, y es la paciencia.
No con esto quiero decirte que sólo basta ser pacientes y respirar profundo para que ese sentimiento no pierda vigencia: lo que intento dejarte claro es que es este valor el que mantiene unidos los hilos de todo lo demás.
¿Y por qué lo digo? Habrá momentos en los que sufrirás a pesar de todo lo hermoso que sientes. También querrás salir corriendo porque hay cosas que quisieras cambiar que tal vez nunca cambien o al menos no de un día para otro, y te ves imposibilitada de hacer algo al respecto.
Desde acciones tan pequeñas como dejar los calcetines tirados en medio de la sala al llegar de trabajar hasta el hecho de que él tiene una forma de ser un poco huraña y eso no te gusta o les ha hecho protagonizar varias discusiones, es la paciencia la que te permitirá obrar de manera correcta y no terminar lanzándote al a la borda en el primer intento.
La paciencia abre las puertas de manera franca al amor incondicional, ese al que todos aspiramos, que respeta la forma de ser de ese a quien amamos sin dejarnos irrespetar la nuestra. De igual manera, te permite poner pausa durante un momento y perdonar los errores que él pueda llegar a tener antes de caer en discusiones que terminarán hiriendo a ambos.
Es así que te invito a que fortalezcas tu paciencia e invites amablemente a tu pareja a que también lo haga. La idea es que ambos entiendan la importancia de la misma en pro del bienestar mutuo duradero.