El divorcio, como su nombre bien lo indica, implica una separación de corte íntimo y legal entre una pareja casada civilmente. Se puede desarrollar de una manera problemática y conflictiva o, en cambio, de una manera civilizada y en paz. Desafortunadamente, suele imponerse siempre la primera opción, en la que los niños -en caso de tenerlos- suelen ser los más perjudicados por esa separación mal llevada.
Aunque parezca imposible, se puede sobrevivir a un divorcio sin perder el decoro y tu autorrespeto personal tal que se puedan mantener unos lineamientos básicos para disminuir el dolor de los niños por la desunión. Para ello, se requiere una capacidad elevado por parte de las partes en conflicto para solventar de la mejor manera todo esto. Si te interesa, te traigo recomendaciones para sobrevivir a un divorcio –de forma adecuada- sin morir en el intento.
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Consejo #1: No involucres a los niños.
No hay que olvidar que una cosa son los conflictos entre adultos y otra cosa es cuando meten a los niños de por medio. Hay que saber distinguir estos contextos y tener la madurez para discernir que los problemas entre adultos se solucionan únicamente entre adultos, sin distinción.
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Consejo #2: Prioriza la comunicación.
Cuando la comunicación es eficaz, clara y precisa, todo se da naturalmente sin que conflictos puedan sobrevenir. En cambio, si no hay comunicación en lo más mínimo y cada quién saca una ideación personal de lo que hace el otro, pues se le da pie a que pueda surgir una controversia.
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Consejo #3: Busca lo equitativo.
Sin importar lo que te haya hecho tu antigua pareja, ¿Tiene sentido que seas injusto/a en la repartición de los bienes y pretendas obtener una mayor ganancia de la real? Esto no hará más que empeorar las cosas y llevarlo a unos escenarios que, en el fondo, realmente no queremos llegar.