Enamórate, anda, corre en línea recta hasta chocar contra la pared.
Porque para querer, todos son ciegos.
Es como si se olvidasen, que la racionalidad es quien toma las decisiones más acertadas.
Pero no, preferimos saltar de lleno al vacío, a cazar tiburones y volver creyendo que es culpa de ellos tener los colmillos tan afilados.
No, esto no es un poema. Tampoco es una crítica al “enamorarse”.
Bendito sea aquel que lo hace y bendito sea quien logra amar a otra persona.
Pero hay quienes sencillamente, no saben cómo enamorarse, así que…
Esto es una aclaratoria para los que se enamoran y pierden la cabeza.
Sé que no es culpa de alguien no controlar sus sentimientos, pero no podemos pretender ir por ahí olvidándonos de nuestra cualidad de seres pensantes cuando alguien extremadamente apuesto o carismático, se nos cruza por el frente.
Porque así somos, tanto hombres como mujeres.
Nos queremos aventar a los brazos de desconocidos.
Creen que con 2 meses de charla ya puedes conocerle, y no, no lo haces.
De hecho, puedes durar toda tu vida al lado de un ser amado, y no saber quién es en realidad.
Lo que te pido, es que apresures la parte de tu vida en que tu mente, comprende lo que tu corazón te está diciendo.
Así nos ahorraremos el dolor y el sufrimiento por creer cosas que no son.
No nos atemos a expectativas y comencemos amar, inteligentemente.
¿Ves? No estoy en contra del amor.
Estoy en contra de los que pretenden amar sin cuidado del daño que les puedan hacer.
Porque lo que hoy siente tu corazón, mañana lo entenderá tu cabeza.
Pero si nos hacemos los necios, quizá, “el mañana” nunca llegue.