Muchas madres piensan que para que nuestros hijos entiendan, debemos alzar el tono de voz, gritarles y demostrarles quién es la jefa de la casa.
No es justificación de gritarle a nuestro hijo pero por estas que se generan en la vida de uno lo hacemos ya sea por el estrés, las responsabilidades de laborales o problemas de pareja, cosas que favorecen a que explotemos y les gritemos cuando no hacen u obedecen. Es decir que les contagiamos nuestro estrés o de alguna forma nos desquitamos con ellos.
Investigadores argumentan la manera de cómo educar a nuestros hijos.
Expertos han enseñado su secreto de cómo educar a un niño sin tener que alzarles la voz.
La doctora Laura Monge, madre de cinco niños, que en su libro “Educar sin gritos” nos brinda sabios consejos valiosos para ayudar aquellos padres desesperados y niños incomprendidos.
Laura Monge quien tiene un máster en Formación del Profesorado de Educación Secundaria y Bachiller, menciona en su libro diferentes formas de cómo lidiar con un niño que no hace caso y explica por qué no es bueno gritarles.
“Después de una interacción negativa no tendrá disposición a aprender, a reflexionar, a pensar en las consecuencias de sus actos o a mejorar”.
Además, comenta que los padres somos su modelo a seguir, si les alzamos la voz, ellos también lo realizaran.
Algunos de sus consejos están fomentados en reforzar comportamiento sin “pero” instantáneos, preguntar a los niños cómo se sienten y hacerlos sentir especial.
Laura Monge propone empatizar para hacer conexión y estar en sincronía antes de corregir su aptitud. Ella se inclina por no reducir los límites al mínimo y no hay que confundir la educación con una conducta autoritaria, y que debemos tener en cuenta que la firmeza y la flexibilidad no están en pelea.
Técnicas para aplicar al momento de educar la disciplina de nuestro hijo.
– Calmarte.
Si tu hijo realizó una travesura o no te obedeció, trata de mantener la tranquilidad, puedes contar hasta 10, inhala aire y después reaccionas.
– Realiza que reflexione acerca de sus actos.
Pregúntale por qué actuó así y si hay necesidad de enviarlo a la esquina de pensar, será una forma mejor que el maltrato físico o gritos.
– Escucha lo que dice.
No actúes antes de escuchar su versión de los hechos. De esta manera tu hijo aprenderá que los problemas se resuelven mediante el diálogo.
– Háblale en forma de susurro.
Parece mentira pero si le hablas en un tono bajo lo impulsaras a prestar atención.
– Dedícale tiempo.
De esta manera su vínculo se relacionara y les eliminara a los padres las ganas de alzar la voz y fomentará una comunicación positiva, cómo también la confianza.
– Elogia a tu niño.
Reconoce cuando actúa de buena forma y educa con diálogo lo que necesite mejorar, esto será menos cansado que gritarle. Canaliza su frustración o su rabia con otras actividades, como jugar en lugares abiertos, caminar, charlar o hacer algo que a él le encante.
De esta manera verás los grandes cambios que presentará tu hijo. Una educación correcta puede hacer al niño una persona de bien.