¿Cómo es la experiencia de tener una pareja que sufra depresión?

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La depresión no es algo fácil de llevar, por el contrario, es un reto complicado de asumir y enfrentar. Es por ello, que convivir con una persona con depresión es algo muy complejo, puesto que supone apropiarse y enfrentarse a todas esas cargas que conllevan a la otra persona a un estado depresivo.

Incluso puede ocurrir que se asuman los síntomas depresivos de la persona afectada por este trastorno del estado de ánimo. Ya que, si se convive con una persona depresiva o se está simplemente relacionada con ella de manera estrecha, se presentarán una gran cantidad de factores de carga, en donde la pareja asuma los síntomas depresivos de la persona con depresión como su culpa.

La carga que puede tener el cuidador de la persona con depresión puede determinar la salud mental de este.

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Tener una pareja con depresión puede resultar todo un desafío en la vida de una persona. Además, en comparación con otros familiares, ocupar el lugar de la pareja de una persona con depresión es más complicado.

Dentro de una relación de pareja, los cambios prácticos realizados en ella han de ocurrir, de alguna manera, en paralelo al desarrollo de un nuevo self. Este nuevo desarrollo les permite, tanto a la persona afectada por la depresión como a su pareja, comenzar a avanzar en sus vidas.

Así, con respecto a adaptarse a la depresión de la pareja, los expertos consideran que existen varias fases. Estas serían:

  1. Fase de adaptación.
  2. Fase de recuperación.

Estas fases en su conjunto podrían permitir la obtención de una nueva perspectiva integrando la depresión en la vida de pareja. Se trata de encontrar un equilibrio en el que se muestre preocupación y amor, manteniendo la distancia emocional y limitando su responsabilidad.

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Otra estrategia emocional que puede ser muy favorable en esta situación es el hecho de abrirse a recibir apoyo.

Tener un vínculo de cuidados con una persona afectada por depresión es complicado. Se trata de un proceso psicosocial y cíclico al que los cuidadores se someten, que no es estático, provocando que muchas veces necesiten de apoyo externo.

En el caso de la pareja, la terapia de pareja puede ser útil en etapas tempranas para ayudar a la persona afectada por la depresión y a su pareja a comprender y dar sentido a los cambios interpersonales. También puede ser favorable para comprender y anticipar nuevas dinámicas familiares a medida que surjan.