El método de distracción por lo normal sirve bien como una herramienta de gestión del comportamiento, esencialmente en niños pequeños. Desviar el interés y la atención de un niño pequeño puede ayudarle a evadir momentos los cuales podrían derivar en una aptitud que no deseamos.
La distracción es una técnica verdaderamente efectiva cuando los padres anticipan un comportamiento del niño que puede ser problemático. Este método es muy sencillo de usar. Puede ser completamente suficiente con señalar alguna cosa interesante o peculiar, empezar un juego (por ejemplo, el “veo veo”), sacar e incluso iniciar a utilizar elementos fáciles para jugar (bien sea plastilina o algo para hacer manualidades) o cualquier otro tipo de cosa que pueda distraer o entretener a un niño. Consiste de prevenir o cortar una posible actitud que no nos interesa.
“Claves para aplicar el método de distracción”
Utilizar el método de la distracción es fácil, sobre todo si tomamos en cuenta que buena parte del comportamiento de los niños está orientada por lo que ocurre fuera de ellos. Su lóbulo prefrontal todavía no está del todo desarrollado, por ende todavía no maneja demasiado su foco atencional, algo que podemos aprovechar. Para ello:
- Trata de que el niño tenga una opción a la actividad o a los estímulos que están nutriendo o que pueden desencadenar el comportamiento indeseado.
- Cambia la escena. Coloca a los niños para que puedan observar cosas distintas o cámbiales de área.
- Es realmente bueno que tengas lista una serie de recursos para esos momentos en los que estás en un contexto limitado para encontrar la distracción.
En el caso de que los problemas de la conducta los tengas con niños mayores podrías aplicar otras técnicas, como las siguientes:
- Cambia el tema de la plática.
- Presenta un juego o actividad sencilla, lo suficientemente interesante para que llame la atención del niño.
- Recomienda algo más que el niño pueda realizar cuando las cosas no marche bien que le ayude a desbloquearse o a salir de la situación.
“Distracción y redirección”
El método de distracción es un método correctivo la cual está asociado con la redirección. La redirección consiste en enfocar la atención de los niños en actividades o estímulos “poco peligrosos”.
De forma indirecta, la distracción trata de revalorizar actividades que nos interesan como fuente de muy buenos comportamientos. Con ellas podemos premiar al niño y mejorar su autoestima.
“Cuidado con convertir la distracción en un refuerzo de comportamientos negativos”
Si entregas o planteas una actividad favorita o gratificante luego de que el niño haya herido a otra persona o ha obtenido una rabieta, lo que estás realizando (aunque no sea lo que pretendas) es recompensar esa aptitud. Es ideal aplicar el método de distracción para anticiparnos a un malo comportamiento, ya que tendremos más opciones.
Lo recomendable seria es unir con inteligencia otras estrategias educativas y disciplinarias, de modo que en cada contexto alcancemos, con nuestra intervención, lo que pretendemos hacer.
Cuando apliques el método de distracción ponle mucha atención a la conducta del niño. Y nunca olvides ser tan constante como sea posible en su aplicación, aparte de ser flexible y utilizar otro si ves que el método ya no está funcionando.
“El método de distracción como alternativa al castigo corporal”
Una investigación publicada en 2010 por Gershoff, et al. Dice que gran parte del estudio sobre la disciplina hasta la fecha se ha enfocado en la aplicación del castigo corporal por parte de los padres. El motivo más probable para esta fijación investigadora es que el castigo corporal es una manera muy controvertida de colocar disciplina.
Sin embargo, el castigo corporal es una de los tantos métodos disciplinarias que los padres utilizan para tratar de manejar la conducta negativa de sus hijos y promover su comportamiento positivo.
No obstante, en una investigación longitudinal de 2007 sobre el uso por parte de los padres de 10 diferentes métodos disciplinarios, el castigo corporal fue una de los 3 métodos menos comunes usados por los padres de niños en edad preescolar. Los más habituales fueron controlar la aptitud infantil, conversar con los niños, distraer y modelar.