Cuando por alguna situación la ira y la rabia hacen presencia en nuestro ser, es muy difícil mantenerse controlado, simplemente nos dejamos llevar por esas emociones y reaccionamos de manera inesperada, con actitudes ofuscas y en algunos casos agresivas.
En las relaciones de pareja, cualquier situación que amerite hasta la más pequeña discusión puede despertar esas emociones de enojo, y es aquí cuando se puede perder el control consciente de las reacciones, en donde la ira puede apoderarse completamente y herir a la otra persona.
El secreto para no llegar a ese extremo, es tener el control ante cualquier emoción, sobre todo esas malas emociones que pueden ser el inicio de un caos. Aunque sea un poco complicado, es la solución. Es por ello, que en este artículo presentamos siete (7) pasos para manejar la ira:
- Identificar el problema: Primero, se debe identificar la razón por la que se está enojando y que no se esté haciendo sin razón alguna. Es importante observar lo que hace enojar para ser claro y específico, y después, con calma y las cosas más claras, plantear una solución.
- Pensar en posibles soluciones: Controlar las emociones y pensar cómo se va a reaccionar, pero sin hacerlo, preguntarse cómo ese comportamiento puede lastimar a la pareja y cómo va a perjudicar la relación.
- Pensar en cosas positivas: No convencerse de la idea de que si discuten es porque su relación ya está condenada al fracaso, más bien hay que pensar en cosas positivas como lo que ambos sienten por el otro, el tiempo que llevan juntos, en que una discusión no es más fuerte que su amor, y de este modo tranquilizarse.
- Enfriar la mente: Nadie, con la mente caliente, puede solucionar ningún problema, al contrario, tendrá reacciones que lo pueden empeorar e impulsos fuera de control que pueden dañar a alguien más. Por ello, es mejor que enfriar la cabeza y relajarse antes de hacer o decir algo.
- Otorgarse tiempo para procesar los pensamientos: Salir a tomar aire, encerrarse a solas, o simplemente decidir no discutir para darse tiempo para procesar los pensamientos, asimilar las emociones y así pensar con claridad antes de que la ira provoque que las cosas terminen mal.
- Considerar las consecuencias: Pensar en todo lo que puede pasar si se deja apoderar a la ira; quién saldrá lastimado, cómo reaccionara esa persona y lo que pasará después; si la discusión puede irse a los extremos o si existen posibilidades de que todo se termine.
- Hablar con sinceridad: Decir lo que causa el enojo, lo que se está sintiendo y lo que se piensa, expresar las razones por las se está molesto y ser totalmente transparente. Ser sincero ayudará a canalizar más las emociones y tener la situación bajo control.