Si estamos terminando de pasar por un proceso de ruptura amorosa, en donde la relación fue duradera o de algún modo significó algo para nosotros, lo más recomendable es no apresurarnos por buscar otra pareja de inmediato.
Porque esto podría provocar que encontremos a alguien con las mismas fallas que la pareja anterior, o bien, podríamos ser nosotros mismos los que repitamos los errores de relaciones pasadas.
Y en el presente artículo, revelamos por qué es mejor esperar al menos un año antes de tener otra pareja, y que incluso podría atraer a la ideal. Por lo que es importante tener en consideración este testimonio titulado: lo que aprendí en mi primer año soltera.
“La soltería, sobre todo viniendo de una relación que fue duradera y larga, nos enseñará de nuevo a ser independiente y a reconstruirnos como persona, así estaremos listos para compartir nuestra nueva vida de una manera más equilibrada, sin dependencias ni vínculos tóxicos que al final nos harían sufrir por amor una vez más.
Y como ya entendimos que nadie quiere tener pareja para sufrir, sino para disfrutar y acompañarse en la vida, es que hablamos de lo importante que es pasar a solas una temporada antes de continuar en la búsqueda de la persona ideal.
Esta persona, no es que esté predestinada a ser nuestra para siempre, pero si ambas trabajaremos en sí mismas previamente, nos reconoceremos cuando nos encontremos y podremos construir una relación más sana y feliz que las anteriores.
Pasar un año en soledad, nos ayudará a descubrir lo que de verdad queremos de una relación y lo que no queremos ni necesitamos.
Además, podremos alimentar nuestro amor propio al enfocar nuestras energías en sí mismos. Es por ello, que aseguramos que cuando realicemos este proceso y volvamos a tener pareja, no nos preocupará nunca más el miedo a la soledad, si no que compartiremos el amor para poder crecer a la par.
Pero, hay que tener cuidado, que el proceso de la soledad o estar a solas por un tiempo no es nada más aislarse. El punto es que aprovechemos el tiempo para mejorar lo necesario en nosotros que tenemos pendiente, así como dedicar nuestro tiempo también a nuestro círculo de amistades y familia”.