Cuando se trata de amor, es difícil poder entender y descifrar todas las señales que vienen con este sentimiento que para muchos puede ser satisfactorio y para otros una triste decepción. Esto se vuelve mucho más complejo en las mujeres en general que pasan por muchas traiciones y decepciones, sin embargo estas experiencias les abren las puertas para poder entender el amor desde otra perspectiva.
“Cuando una mujer toma la decisión de abandonar el sufrimiento, la mentira y la sumisión. Cuando una mujer dice desde el fondo de su corazón: ‘Basta, hasta aquí he llegado’. Ni mil ejércitos de ego y ni todas las trampas de la ilusión podrán detenerla en la búsqueda de su propia verdad.
Ahí se abren las puertas de su propia Alma y comienza el proceso de sanación. El proceso que la devolverá poco a poco a si misma, a su verdadera vida. Y nadie dijo que ese camino sea fácil, pero es ‘el Camino’. Esa decisión en sí, abre una línea directa con su naturaleza salvaje y es ahí donde comienza el verdadero milagro”.
Mujeres que Corren con los Lobos. Clarissa Pinkola-Estés.
El alma y la mente tienen sus propios ciclos que pasan por diferentes estados de actividad y es alrededor de los 40 cuando una mujer siente la necesidad de regresar a sí misma.
Es en ese momento en el que se ama el alma más allá de nuestras equivocaciones y de lo terrenal, donde descubrimos y comprendemos qué clase de criaturas somos, y aprendemos aceptarnos con nuestras fortalezas y debilidades.
El amor maduro
Es algo difícil madurar en el amor, pero una vez que lo hagas nace un gran amor por ti misma que se basa en la dignidad y el respeto. Estos valores, a partir de cierta edad y ciertas vivencias, suelen articular el resto de cariños de los que nutrimos a nuestro corazón.
La pureza que irradia el mundo femenino, se ve amenazada por una sociedad corrupta, con lo cual las mujeres buscan un refugio no para huir cuando la situación sale de sus manos, sino para afrontar.
Con esto se dan cuenta que su verdadera casa no está en ningún lugar alejado del mundo, sino dentro de ellas. De alguna forma, el amor maduro es consecuencia de un proceso de individualización que puede llegar antes o después pero que siempre será doloroso.
Sea por ingenuidad, por no prestar atención o por ignorancia, el proceso de madurez nos ha hace sufrir el robo de una piel que nos envolvía, la cual creíamos nuestra y a la que nos aferrábamos con fuerza.
Pero como resultado, la mujer alcanza una gran sabiduría que le hace vivir y amar de manera diferente, única y trascendente.
Fuente: La mente es maravillosa