Hay veces en que la vida viene llena de situaciones que nos hacen sentir muy mal. Llega un momento en que llegan cambios repentinos, necesidades y deseos que no podemos llegar, pérdida de quienes amamos, crisis en el trabajo o en la pareja son varias de las situaciones que nos cuestan procesar.
Imagina que estás frente a un lago quieto, que refleja un paisaje montañoso reverdecido, pleno de árboles y flores. ¿Qué pasaría si lanzas una piedra? Se perturbaría el agua y de inmediato se altera el reflejo. Así, de esta manera, los eventos desagradables repercuten en nuestra vida. Dependiendo de la gravedad y la cantidad de eventos que se nos presentan, mayor o menos será el estrés y el temor que sentiremos.
Lo primero que debemos hacer para protegernos de que la cosa se complique es entender que los cambios, agradables o desagradables, son parte normal de la vida. Se presentan como oportunidades para aprender a perfeccionarnos en el camino hacia la felicidad.
Cuando aceptamos, dejamos que el problema fluya como debe fluir y ponemos manos a la obra para solucionarlo. Puedes hacer uso de uno de los atributos más maravillosos del ser humano: la resiliencia, esa capacidad que tenemos de superar los obstáculos y las dificultades de forma exitosa, sin dar demasiadas vueltas en el fracaso o aún en medio de una situación complicada. Es la manera más expedita de retomar el control de nuestra vida cuando nos hemos visto tambaleados por algún fracaso.
Piensa siempre en que todo pasa: cuando nos sentimos ahogados en una o varias situaciones difíciles sólo nos centramos en lo negativo, y es por eso que terminamos dando vueltas infinitas sobre el mismo eje, sin poder respirar un poco y solucionar. Si tan sólo pudiésemos desconectar nuestra mente por un momento de todas esas ideas negativas y ponemos el foco en algo distinto, no será posible ver la situación desde otro punto de vista y poder aliviarnos un poco mientras inventamos las posibles soluciones.
Si te animas, estoy segura de que entenderás que tarde o temprano verás que la situación pasa. Es posible que ahora veas que no hay salida, pero con el tiempo y la disposición correcta podrás ver esa luz tan anhelada al final del túnel.