Hoy quiero que sepas que siempre se puede, sí, aunque a veces lo dudes, aunque a veces flaquees porque no te sientes capaz.
Hay muchas cosas en ti que no están bien y lo sabes. Cosas que te impiden alcanzar tus sueños, y por las noches no duermes tratando de encontrar una posible solución.
La buena noticia es que sólo tú tienes el poder de cambiar esto, y es bueno saberlo porque ya basta de pensar que es el mundo el que tiene que hacer algo al respecto. El ritmo de la vida es algo que tal vez jamás terminemos de entender pero sí que podemos tener un conocimiento profundo de lo que somos y acoplarnos al día a día.
Una vez que entiendes que eres dueña de tu vida y responsable de tus actos, podrás empezar a modificar lo que tanto te hace sufrir. Si alguien te grita, pon límites. Si tu jefa es muy amargada, toma prudente distancia. Si desde hace tiempo esperas que te regalen un ramo de flores, ¡sé esa persona y regálatelo!
Hay veces en que la frase “las cosas son como son” nos hace replantearnos nuestros intentos de ser distintos, pero créeme: las cosas de hace 50 años no son como son ahora. Si un devoto latinoamericano pudo ser papa y Estados Unidos pudo tener un presidente negro –cosas que hasta hace poco nadie creyó posibles-, ¿por qué no podrías tú aumentar tu autoestima, ser mejor persona, cumplir tus sueños?
Sólo tienes que ver más allá de esa pared que te limita y que tú misma construirte capaz sin ser consciente de ello. Te invito a intentarlo en esta vida, pues no sabemos si tendremos otra oportunidad igual. También te invito a que si decides hacerlo no lo pienses demasiado: recuerda que el tiempo no es amigo de nadie y si le das demasiadas vueltas a una idea es posible que termines rechazándola.