Siempre me han enseñado que si nos enamoramos no debemos dejar ir a esa persona, pero contigo me tocó hacerlo pues para mi dolor no me correspondes.
Se supone que el amor está para iluminar nuestros días grises, para hacernos sonreír, para provocarnos maripositas en el estómago, pero en este caso me hacía sufrir. Y es que estar con alguien que no siente lo mismo que nosotras significa dejar de darnos el valor que merecemos, y por eso decidí irme lejos de ti, para no seguir sufriendo por la duda y construir mi futuro yo misma, sin espacio para quienes no quepan en él.

Desde que empecé a ver lo maravillosa que soy me fui dando cuenta de que tú no veías lo mismo que yo, y así no funcionan las cosas. El problema no eres tú, para que sepas, ni yo: es que simplemente no podemos estar juntos y antes que hundirme en una relación monótona prefiero estar sola y tranquila.
Poner los pies sobre la tierra no es agradable al principio pero con el tiempo una va entendiendo que es necesario. Sin dejar de aprovechar lo hermoso que es el amor, sigo mi camino por mi cuenta hacia mis sueños. Ya veré si encuentro a alguien que desee tomarme de la mano y acompañarme, aunque no es prioridad.
