Algunas personas duelen incluso cuando ya se han ido. Algunos amores cambian de lugar en la memoria, y otros… Otros son como infecciones que es necesario tratar, porque de lo contrario, se vuelven pus en el corazón y duelen bastante.
Me lastima pensar en él, darme cuenta de que solo yo era quien pensaba en un nosotros y un futuro juntos. Solo era yo quien pensaba en una casa para los dos, un hijo juntos, un matrimonio, viajes alrededor del mundo y todas esas cosas que me parecen solo pendejadas ahora.
Esos para siempre que tanto prometiste, ahora son solo eso, promesas vacías que se quedaron aquí, acompañándome en forma de recuerdo para que, cuando piense en ti, me duela.
A pesar de tantas promesas, ahora estoy acá, sola y tú por allá, en el calor desnudo de otro cuerpo y brazos, bajo otras sábanas empapadas de quién sabe qué.
No supe tan siquiera en qué momento huiste, solo recuerda la sensación de desprendimiento de mi pecho, como si me arrancasen una arteria y con ella me robaran todas las ganas de vivir y sonreír. Ojalá hubiese tenido la suficiente inteligencia emocional, para darme cuenta de ello a tiempo y ser yo, quien escapase del inevitable desenlace de una relación sin futuro.
Aún dueles, muy dentro en el pecho y la memoria, donde solo yo puedo entrar. Dueles ahí, donde dejaste un enorme vacío que, a pesar de ser tan profundo, no es suficiente para acabar con mis ganas de seguir adelante. Porque, así como lo tuyo fue pasajero, también lo es el dolor que tengo dentro de mí.