Un compañero sabe bien el tiempo para charlar y el momento indicado para gozar del silencio, acepta ser un apoyo, es un consejero cuando sentimos dudas acerca de algo y nos ayuda a no tener angustia. No es solo ser marido y mujer, debemos transformarnos en compañeros los cuales podamos ser capaces de comunicarnos con franqueza y estar listo para crecer juntos.
Observamos relaciones las cuales pueden durar años sin ser verdaderos compañeros generando daños para las personas las cuales se encuentra involucradas. El amor solidario solo existe entre padres e hijos, hermanos, familiares, incluso entre amigos. Pero en definitiva, para que haya compañerismo entre dos persona, debe existir amor entre ellos.

Cuando vivimos en pareja siempre se presenta alguna clase de sacrificio, en ciertas ocasiones debemos dejar nuestros planes personales en pro de la relación. Pero compañero sabe muy bien que el amor solidario nunca se olvida del otro, sino que se crea y se vive de la mano, siempre unidos.

En los casos de ejecutivos exitosos los cuales tienen en sus casas a una compañera dedicada solamente a realizar las tareas domésticas estas personas esfuerzan por garantizar la comodidad del esposo y de los hijos. Pero algo en si es que no todas las amas de casa o los maridos que trabajan son compañeros, cada uno juega un papel importante para garantizar estabilidad y felicidad del grupo familiar, en este panorama la mujer debe sentirse útil y fundamental por su esfuerzo y el esposo debe apoyar y ser comprensivo.

No obstante, existen un número de amas de casa que se sienten agobiadas, no comentan del tema ya que siguen apoyando a sus maridos cueste lo que cueste. También hay personas, que a pesar de no haber pensado nunca en ser amas de casa, se impactan de estar satisfechas en esta función, ya que crean vínculos de compañerismo fuertes con sus maridos. Es decir, se trata de encontrar la medida justa para la pareja y comprenderse mutuamente.