Es común ver como parejas que pensábamos eternas, de un día a otro rompen con su relación. No nos explicamos como si parecían perfectas podía haberse separado; pero es normal, pues somos espectadores, no sabemos que había en el corazón de esa pareja, ni conocíamos su verdadera esencia.
“Solo miramos el exterior de las personas, de nuestros semejantes, pero solo ellos saben que hay en su interior”.
Eso nos pasa con las relaciones de pareja, pensamos que hemos encontrado la pareja ideal, el hombre perfecto, sin embargo no es así. Partiendo por el hecho que la perfección no existe, nos hacemos una idea errónea de la persona a nuestro lado y terminamos por creer en el ideal que nos hemos impuesto.
Cuando llega la ruptura, surgen en nosotros sentimientos de frustración y decepción, en ocasiones llega la depresión o simplemente seguimos nuestro camino, en todo caso siempre deja una huella en nosotros.
Cuando un hombre no valora a una mujer y desprecia sus sentimientos, no solo va en contra de todo lo natural ya que viene de una mujer y se supone que debe respetar todo lo que ella representa, sino que va generando una cadena de resentimiento que en lo futuro le dará una lección de vida que quizá sea dura aprender pero que será necesaria.
Toda acción, trae una reacción. Lo mejor es ser honesto con lo que sientes y dar cuenta de lo que puedes llegar a dar y lo que estás dispuesto a recibir. En todo caso, valora a la mujer que tienes a tu lado y aprende, que todo el amor, respeto y consideración que hoy tengas, serán recompensados en el futuro.
Recuerda respetar a toda mujer, no sabes que te traerá la vida con tu hija o que guarda el pasado de tu madre.
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