“Antes de que sean las dos”
Antes de que el reloj marque las dos, y la noche sea más negra y la luna baje más, quiero hacerte el amor de nuevo. Antes de que sea la hora de marcharse, quiero mirarte otra vez, y recargarme en tu cabeza y hacer como si nada pasara, y prentender que la manecillas no nos dictan la hora de partida, que ni siquiera existe el tiempo y que somos igual de jóvenes e igual de viejos.
Antes de que te marches quiero escribirte “te amo” en la espalda con mis dedos, y acariciar tus labios con mi nariz, besarte en las mejillas y mirarte el lunar de tu barbilla, es todo lo que se hacer.
Antes de decirnos adiós quiero pensarte mil veces llegando a mi vida, idear un poema y tres canciones mientras sostengo tus manos y abrazarme a tu rostro.
No te vayas, amor mío, sin que cantes una vez más en mi oído, o me cuentes qué te causa temor y cuáles son tus sueños.
Antes de que den las dos, acariciame el futuro y hazme pensar que estarás ahí de nuevo.
Antes de que te vayas, miénteme y dime que no te irás y espera a que caiga dormido, para que al fin, entre dos o tres parpadeos cuando despierte en la mañana, me siente sobre mi escritorio y te detalle en un poema, escriba sobre como ansío de nuevo tu llegada y no de cómo me duele cuando te marchas.