Algunas personas lo condenan y acusan a los que lo practican como ingenuos e ilusos, pero la realidad es que el amor a distancia existe y es una realidad en muchísimas personas. Nos guste o no, es algo que sucede y no lo podemos evitar. Para entender un poco mejor la dinámica de las relaciones a distancia te colocamos las siguientes líneas.
En primer lugar, hay que destacar el estigma que existe. En mi tierra lo denominan como “amor de lejos, amor de pendejos”; se destila que las relaciones a distancia son un cultivo de infidelidades en el que las dos partes de la relación se hacen daño mutuamente. Sin embargo, esto no es tan así como se dice.
Las redes sociales han permitido que, lo que antes no era posible, ahora pueda suceder: dos personas pueden comunicarse en tiempo real a distancia, sin importar donde estén ubicados. Esto ha influido notablemente en nuestra sociedad moderna y en las relaciones entre los individuos.
No podemos afirmar que las relaciones a distancia tienen las mismas ventajas que las relaciones convencionales. Por ejemplo, las primeras están supeditadas a la mera comunicación a distancia, en cambio, las segundas están basadas en el contacto físico. También las relaciones a distancia se caracterizan por funcionar en base a la confianza en la pareja, en cambio, las relaciones cercanas funcionan de otro modo.
Pero todo depende, al final, de los intereses de la persona. Si el deseo sexual es un asunto secundario para ti, realmente no importa qué clase de relación tengas, lo importante es que el amor, el respeto y la compresión reinen entre los dos.
Así que no escuches a los demás. Si te sientes feliz con tu pareja, sigue adelante y mantente en esa línea. Todos hemos venido a este mundo para ser felices y no tenemos otra opción que luchar por ello.