Amor y sufrimiento nunca deberían ir juntas en una relación afectiva. Esto es algo que no todo el mundo tiene claro, puesto que la concepción del “amor romántico” nos hace creer aún en estas falsas ideas. Si te amas lo suficiente, no debes permitirte llegar a estos extremos… Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Cuando marcharte es la única opción
El amor es ante todo una elección que hacemos en libertad. Sin embargo, muchas veces el amor es una de las principales causas de sufrimiento de la humanidad. Antes de caer en estos estados de dolor emocional es necesario saber dar un adiós a tiempo, evitando así así alargar situaciones verdaderamente destructivas.
Ideas que nos impiden poder finalizar una relación afectiva
En una relación de pareja nos aferramos a ciertas creencias erróneas y emociones que, en caso de infelicidad, nos impiden en muchas veces ser objetivos y ver la realidad. Recuerda siempre que el ciego no es el amor, sino las falsas ilusiones que nosotros mismos construimos.
Por ello, es importante que tengamos en cuenta estos conceptos:
- Evita el autoengaño, las cosas no siempre van a ser como nosotros deseamos. Piensa en ello: es posible que hayas perdonado más de lo necesario hasta olvidar dónde estaban tus límites o que el “lo intentamos de nuevo”, suene ya demasiadas veces sin que veas nada diferente…
- La otra persona no va a cambiar por ti. En realidad, las personas no cambian, es muy posible que no fueran como tu pensabas en un principio, y eso, es algo que debes tener muy encuenta. Nadie cambia su forma de ser de la noche a la mañana por mucho que lo esperemos.
- Sufrir por amor no es un acto heroico o romántico, es una forma de autodestruirnos. Si te hicieron creer que tener pareja es tener que sufrir y establecer una lucha continua, te engañaron.
- Ámate lo suficiente para saber cuándo marcharte, siempre será preferible la propia soledad a una presencia que veta nuestra felicidad, nuestro equilibrio interior. Amar no es darlo todo a cambio de nada, es saberse merecedor de un reconocimiento y un respeto. Dejarse amar y amar es un arte, es la destreza de cultivar un cariño real.
.Fuente: La mente es maravillosa