Todas las personas deberíamos de tener esa alarma titulada: “Tu meta de hoy es amarte, no importa si el mundo te dice que no”, para que esta nos recuerde que no necesitamos la aprobación de nadie para saber cuánto valemos, y que nadie nos amara más que nosotros mismos.

A veces creemos que lo tenemos todo, nos ponemos metas que nos hacen creer que cuando las alcancemos podremos ser feliz, pero la verdad es totalmente diferente, haciendo que todo esto quede en una mentira.
Lo único que las metas hacen es mantenernos vivos y en movimiento, son igual que los sueños, se cumplen y entonces buscamos uno nuevo, especialmente las mujeres, pues no saben estar quietas.
Hay dos caminos, enfocarnos en ellas, esforzarnos y dejar de disfrutar la vida o apreciar el viaje, lo recomendable es optar por lo segundo. Pues, cada quien es dueño de su vida, no importa si se tiene amor de los demás o no, poco o mucho dinero, la prioridad es amarnos, aceptarnos y siempre dar lo mejor.
Pero, para poder llegar a este punto en nuestra vida, tenemos que pasar por una serie de cosas, entre ellas dolor, comprendiendo así todo un poco mejor y con más fuerza. Cuando nos amamos realmente, entonces llegan los mejores capítulos, para continuar con una mejor historia.
El amor propio es como un imán que atrae lo mejor de la vida, una gran pareja o un tiempo a solas donde nos enamoramos más de nosotros mismos, decisiones que siempre son las mejores porque nuestro optimismo las transforma, mejores relaciones con familia y amigos, somos el origen del amor.
Si no nos escuchamos, si no nos abrazamos el alma, no podremos funcionar para nada ni nadie. No se trata de ser más inteligente que otras personas, o más fuerte, se trata de entender esa idea que se ha convertido en una especie de propósito en la vida.
Nuestra meta para siempre debe ser amarnos, no importa si el mundo nos dice que no, no importa las personas que se vayan o que fallen, no importa si el espejo nos dice que hemos tenido mejores años, debemos amarnos por sobre todas las cosas.

Amarse a sí mismo, son las palabras mágicas que nos impulsan con toda la fuerza que necesitamos para afrontar el mundo.