Aléjate de estos malos pensamientos que pueden destruir tu relación.

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Si se quiere concretar una relación estable, se tendrá que tener siempre en cuenta el esfuerzo que esto requiere, en eliminar por completos esos pensamientos negativos que amenazan con destruir la relación, aceptar como han sucedido las cosas, y que cada uno tendrá un pasado que deben dejar atrás. Eliminar esos pensamientos que atan.

A continuación, presentamos algunos de los principales pensamientos que amenazan con destruir una relación.

  •  “Siempre o nunca”: Esto es cuando se piensa que la pareja siempre es la que hace las cosas mal, o que nunca hace nada bien. Si se quiere estar con alguien, hay que tratar de no ser tan crítico, porque nosotros también podemos cometer errores.
  • “Leer” la mente: Esto sucede cuando nos convertimos en lectores de mentes, que suponemos que siempre sabemos las respuestas y, lo que es más importante, siempre tenemos la razón, sin importar lo que digan los hechos. Esto definitivamente mata la paciencia del otro para explicar lo que realmente ha sucedido.
  • Esperar que nos lean la mente: Este es el otro extremo, cuando no se dice nada, pero suponemos que nuestra pareja es un lector de mentes muy experimentado y conocerá todos nuestros deseos sin que tener que decirlo. Hay que hablar, pues nuestra pareja no será iluminada mágicamente.
  • Expectativas poco realistas: Es muy normal entrar en una relación con algunas expectativas, generalmente buenas, pero con el tiempo uno de los miembros de la pareja podría evolucionar y convertirse en excesivamente exigente debido a su idealización y consecuente decepción sobre la otra persona.
  • Querer llevar la delantera: Este es un juego mental delicado, cuando se empieza a suponer lo que haría la pareja y se trata de llevarle la delantera. Pero debido a que la mayoría de estas suposiciones no son realistas, se termina haciendo la misma cosa negativa. Típico: “le daré celos antes de que me traicione”.
  • Comparar: Nunca debemos comparar a la pareja con las anteriores, o con las que tienen nuestros amigos. Esta es una de las principales razones por las que empezamos a hacer suposiciones.
  • A la defensiva: Cuando se empieza a crear pensamientos defensivos, de antemano, que nos llevan a una actitud excesivamente auto protectora, para que no nos lastimen. El muro alrededor puede mantenernos a salvo del dolor, pero lejos de la felicidad.