A veces, yo también me hago falta, por  eso no siempre estoy para los demás.

870

En ocasiones, nosotros mismos también necesitamos escucharnos, remendar cualquier espacio roto que tengamos. Por ello, si en cualquier momento no contestamos mensajes o ponemos en silencio los teléfonos durante largas horas o incluso días, no quiere decir que cierras las puertas al mundo, solo que has ido de paseo contigo mismo, con esa persona que habías descuidado.

Es bastante interesante como, sin darnos cuenta, terminamos dejándonos olvidados como en una bandeja de correos no deseados. Nos colocamos a nosotros mismos en el cajón de asuntos pendientes y nos dejamos a un lado, dándole importancia a todo lo demás sin acordarnos de que realmente existimos y que tenemos que darnos un tiempo.

Actualmente, vivimos en una sociedad bastante competitiva, hay demasiadas cosas por hacer y los días pueden volverse agotadores. Como si fuera poco, a ello le podemos añadir los nuevos sistemas de comunicación en donde las interacciones son constantes e inmediatas.

Ads

Vivimos pendientes de que la gente sepa qué estamos haciendo, en dónde estamos y realmente no disfrutamos de aquello que estamos haciendo, solo por el hecho de que nos importa mucho más un like que nuestro disfrute o deleite por la actividad que realizamos.

Es como vivir en un sitio en donde absolutamente todo nos ciega de lo realmente importante y que está en frente de nuestras narices, nosotros. Nuestros ojos cansados pueden leer las necesidades de los demás pero no las propias, todo puede verse borroso, todo se ha hecho un hueco profundo en nuestro corazón y nuestra mente, como si algo estuviese fallando, algo que no sabemos qué es porque realmente parece no ser tan importante para nosotros, pero somos nosotros.

Llegaste al límite y no te has dado cuenta

Le haces falta a muchas personas, todos los días tienes muchos obstáculos para realizar y los consigues desviar hasta alcanzar lo que quieres. Sin embargo, nadie te felicita, nadie te da una medalla por ello y casi nadie te reconoce esos esfuerzos que hacer. Por ello, tú debes hacerlo, debes reconocer tus esfuerzos empezando por consentirte a ti mismo, empezando a notar tus necesidades y a leerte mucho más.

Estar para todo el mundo, tiene sus intereses. Las señales de este proceso de estrés puede derivar de la depresión, por ello, es necesario estar atento ante los siguientes síntomas:

Ads
  1. Fatiga, cansancio extremo
  2. Migrañas
  3. Dolor de espalda
  4. Malas digestiones
  5. Sensación de aburrimiento frecuente
  6. Impaciencia
  7. Frustración, comentarios cínicos, mal humor, apatía.

La solución

Decirnos a nosotros mismos: “hoy no estoy para nadie porque hoy voy a darme un tiempo para mí”, es la mejor solución que podemos encontrar. No le haremos daño a nadie ni realmente descuidaremos nada. De hecho, acontecerá algo realmente hermoso, daremos un paso a nuestra sanación emocional, nos vamos a regalar tiempo y un espacio propio en donde el protagonista no es nadie más que nosotros mismos.