¿Conoces a alguien que le encante discutir porque sencillamente, le place tener la razón en todo? Este tipo de personas, que casi siempre se equivocan en sus ideas, pero nunca lo aceptan, son más comunes de lo que parece.
Hay dos tipos de discusiones en el mundo, de las que aprende algo y de las que no, y en ambas, el silencio puede llegar a ser la mejor manera de responder.
Puedes decir que es mala educación, pero verás, cuando uno cumple cierta edad, le van dejando de importar cosas. Llega el punto, en que tienes que priorizar en qué cosas administras tu tiempo, y discutir con necios, no es una buena opción.
Dirás: Pero, si me callo le otorgo la razón al otro. No, el que calla no siempre otorga. Callar mientras el bruto grita, es de inteligentes, porque tú no necesitas convencer a nadie de lo que estás seguro. Deja que la gente se pudra en su ignorancia… Vale, está bien, insiste unas cuantas veces, pero si las personas se niegan a escuchar, es ahí cuando el silencio se vuelve la mejor respuesta.
La otra persona va a creer que ganó la discusión, pero solo tú tendrás la certeza de saber que estás en lo cierto. La ignorancia es peligrosa y atrevida, hay que saber enfrentarla y dejarla pasar de largo, porque si nos ponemos a pelear con cada necio en el mundo, perderemos horas y horas de nuestra vida que podemos invertir en cosas más útiles, como por ejemplo, discutir con personas que sí tienen la razón y de las cuales podamos aprender.