Las relaciones duran según el tiempo que cada una de ellas elijan, siendo la separación para algunas, el fin y para otras el inicio de un nuevo reconocimiento, como pareja, como personas que se aman y muchas veces es solo luego de un proceso de separación cuando pueden aprender a valorarse, a entenderse e inclusive a darse cuenta de lo mucho que se aman.En algunos casos, la distancia es un escenario perfecto para idealizar y crear en nuestra mente la imagen que queramos, podemos olvidar lo negativo y resaltar, e inclusive exagerar lo positivo, llegando a desmeritar los motivos que generaron la separación.
Por otro lado, la distancia es también una buena oportunidad para hacer una evaluación consciente de lo ocurrido, reconocer responsabilidades, justificar acciones, reconocer el espacio que el otro ocupaba en nuestras vidas, apreciando y agradeciendo cada una de las cosas que aportaba. Una separación, en algunos casos, puede ser lo mejor para consolidarse, valorarse, comprometerse a apostar por una segunda oportunidad con la consciencia plena de cómo se siente perder lo que se ama y que se prefiere cerca. Los cambios son posibles siempre y cuando las dos personas estén dispuestas a remar en la misma dirección.
En otros casos, una separación no es sinónimo de darse una segunda oportunidad, inclusive luego de haberle dado más valor al otro luego de la separación. Sin embargo, muchas de las que resuelven intentarlo nuevamente, logran un nivel de engranaje, de madurez y de cuidado del amor y de la relación que por lo general tiene muy buenos resultados.No es necesario que nos separemos para aprender a valorar la relación o a quien tenemos a nuestro lado, siempre será preferible cuidar el amor cuando se tiene, sin generar heridas, sin abrirle paso a la posibilidad de ruptura. Pero si llegase a ocurrir, puede ser una muy buena oportunidad para ver las cosas a través de otra perspectiva y si ambos están de acuerdo retomar el camino juntos.
Fuente: Mujer