La vida es un constante transitar de emociones y sensaciones que se generan a través del tiempo, las circunstancias y las situaciones. Y, a través de todos estos momentos, podemos tener altos y bajos, relaciones, ambiciones, esperanzas, amor, odio, oscuridad, luz y muchas más cosas.
Son muchas las veces que, aunque nos esforcemos, la posibilidad de fallar esta siempre latente, y puede que una u otra vez fallemos, no logremos cumplir las expectativas, o no lleguemos a alcanzar nuestra meta. Y es que, la vida no es fácil.
En ocasiones hacemos un esfuerzo extra para aferrarnos a una relación que termina por hacerse tóxica. En ese momento, comenzamos a desenamorarnos de nosotros mismos, y cuando eso sucede, nuestro estado de ánimo y felicidad pasan a depender de los demás. Nuestra autoestima se vuelve dependiente de terceros.
Tenemos miedo a perder a esa persona, tenemos miedo incluso a pensar en la vida que nos espera luego del fin de esa relación. Sin embargo, lo que en realidad pasa cuando una relación termina, es lo siguiente:
- La vida continúa: Cuando las relaciones terminan es doloroso, y ser feliz parece un sueño lejano, pero una vez que se deje ir, nos daremos cuenta de que hay más vida. Aprenderemos a sonreír y a amar nuevamente.
- Seguir adelante: La energía y el tiempo pueden ser utilizados para hacernos mejor el momento presente y ser mejores personas.
- Aprender la lección: Podemos sentarnos en un rincón y llorar por lo mismo una y otra vez, o en cambio, podemos simplemente abrazar la lección que hemos aprendido para estar atentos y no repetirla nuevamente.
- No queremos regresar el camino: A veces, podemos sentir que el dolor es el hilo que nos conecta al ex, pero no lo es, debemos romper ese hilo. No queremos volver atrás. Los finales marcan nuevos comienzos.
- Está bien extrañar: Los recuerdos son un lindo lugar para visitar, pero no para quedarse. Está bien extrañar a alguien. Sonreír por los buenos tiempos, llorar por los momentos emotivos. Es verdad que el amor nunca muere, alguien que nos ha tocado el corazón estará allí para siempre y eso está bien.
No necesitamos golpear las puertas cerradas. Podemos mantener el amor, dejar que nos inspire y no permitir que haya cadenas en nuestros pies.
- Sin arrepentimientos: Nunca debemos arrepentirnos de las decisiones pasadas. Todo sucede por algo. Arrepentirse es solo un terrible gasto de tiempo y energía. Los errores son inevitables y la vida sin errores no vale la pena. Los errores son el mejor maestro.
- Sacar lo mejor de nosotros mismos: Siempre apostar a ser felices, y para ello debemos desear la felicidad de esa persona también, sin rencores ni resentimientos.