Es momento de alejarnos de los problemas y direccionar nuestra vida hacia lo bueno, a lo que nos complementa, a sentirnos libres, vivos, disfrutar de todos los placeres que la vida nos entrega. Llegó la hora de disfrutar como se debe y vivir la felicidad, porque todos merecemos ser felices.
1.- Focalízate en lo que está a tu alrededor
Percibe lo que está frente de ti. Escucha los sonidos, siente la ropa que llevas puesto, percibe el aire en tu piel, esa sensación de libertad que te rodea. Estar presente significa estar ahí, dejando que la realidad interactúe contigo y te transporte.
2.- Préstale atención a tu respiración
Concéntrate en hacer respiraciones profundas, focalizándote en los diversos movimientos que realiza tu cuerpo al inhalar y exhalar.

3.- Siente tu cuerpo
Siente esa energía que te rodea, la vibración que tienes con la tierra al encontrarte con vida. También sería bueno que te focalices en una parte del cuerpo en específico, como tu mano o tu pie. Puede que en un principio no sientas nada, pero si lo intentas un par de veces, podrás sentir la vitalidad de la circulación de tu cuerpo.
4.- Siente la vibra de lo que te rodea
Sería bueno que te conectes con la naturaleza, con las personas que están a tu alrededor. Siéntete acompañado de lo que está a tu alrededor; del aire, de la tierra, de los animales, de las personas que te pueden otorgar buenas energías.
5.- Observa las cosas como si fuera la primera vez
Préstale más atención a la vida y emociónate con lo que vez, siente como si fuera la primera vez que estás viendo todo. Siéntete bien de experimentar un momento de emoción y poder ser un espectador afortunado.

6.- Sé minimalista
La acumulación de objetos muchas veces interviene con la concentración del cuerpo con la mente: uno debe sólo tener lo esencial, siempre recordarás qué es realmente importante en tu vida. Este cambio de vida no sucede de la noche a la mañana, pero si comienzas a practicarlo, verás como todo se transforma.
7.- Sonríe
No importa el momento que estés viviendo siempre es bueno sonreír. De esta manera, verás cómo tu humor cambia. Además, si lo haces en público, puede que un completo extraño se sienta bien por ver tu sonrisa.