La gente tienen una alguna inclinación, más que nada en relaciones que llevan numerosos años, de absorber y “etiquetar” algunos hábitos de su compañero, a fin de justificar que es así él o ella; y esta es una forma de someterse a ellos, aunque logren ser perjudiciales para ti.
Esta forma de tolerar al otro, frecuentemente lo hacemos porque es algo que seleccionamos suponiendo que de esta forma la relación va a poder subsistir, aunque con ello las cosas no sean tan dinámicas. Algunas ocasiones, no reconocemos que de todos modos nos encontramos sufriendo formas de proceder que es requisito parar.
QUIÉNES SON MÁS PROPENSOS A TOLERAR HÁBITOS TÓXICOS
La gente que tienen inconvenientes de inseguridad o apegos, cuyas pretenciones sentimentales no se satisficieron en la infancia, hacen esto más comunmente y a lo largo de más tiempo, que esas personas que tienen seguridad en si mismas y que es más posible que logren determinar a un accionar perjudicial porque, para ellos, eso es algo anómalo.
La gente que hayan sufrido desidia emocional a lo largo de su niñez, entre otras cosas que fueron víctimas del burlas, menosprecio, que hayan sido marginados en sus propios hogares o fueron víctimas de maltratos psicológicos, son muchísimo más propensos a reducir o tolerar los pésimos hábitos del otro.
COMPORTAMIENTOS TÓXICOS QUE NO DEBEMOS TOLERAR
Los hábitos tóxicos que para un individuo tienen la posibilidad de parecer intolerable, para otra persona tienen la posibilidad de transformarse en algo más o parte de sus vidas. Entre otras cosas un individuo que todos los días debe evitar algo para lograr seguir, en el final de numerosos intentos, se concluirá acostumbrando y por el momento no lo va a ver como un estorbo o un obstáculo que no lo deja seguir.
CONDUCTAS DE MANIPULACIÓN Y PODER
Todos los hábitos que no sean buenos, tomarán formas tóxicas para ejercer control sobre ti, y son signos de un desequilibrio de poder en la relación, de esta forma como pistas sobre las verdaderas pretenciones de la otra persona.
Algunos de ellos son más obvios que otros, pero la verídica clave es si los estás llamando por lo cual son o si estás complaciendo, apaciguando, racionalizando, negando o poniendo excusas por ellos. Todos debemos asumir la compromiso de si toleramos o no, las formas de proceder tóxicas que entendemos que no deberían conformar parte del paisaje emocional de alguien.
- RIDICULIZA TUS PENSAMIENTOS Y SENTIMIENTOS
Una forma de socavar al otro y relegar a un background sus sentimientos, es por medio de la broma sutil y la marginación, restando consideración a nuestros puntos de vista o las reacciones que mostremos frente una cierta circunstancia.
Cuando se broma relata que no le importa lo que piensas que está mal, o que tus sentimientos no importan o quizás sean risibles. O que tus pensamientos están equivocados, basados en pensamientos confusos, o que eres “demasiado sensible” o “demasiado emocional“. Estas son manipulaciones, puras y sencillos que no tienen que tolerarse. - TE DESACREDITA
Una cosa es quejarse de la acción o inacción de alguien: cómo entre otras cosas, nombrar que la otra persona no cumplió una promesa, te logró aguardar a lo largo de una hora, no sacó la basura, etc. Otra cosa es criticar el carácter de alguien, lleno de ejemplos y con saña.
Estas críticas por lo general empiezan con las expresiones como: “Nunca” o “Siempre“, y lo que sigue es una letanía de todo lo que la otra persona cree que no posee o tiene. Esto está mal, jamás.
Si esto es un patrón en la relación y te sientes denigrado o abatido la más grande parte del tiempo, no racionalices el accionar de la otra persona inventando excusas para defenderlo ( negando o modificando la perspectiva que tienes sobre lo que logró para lograr justificarlo). Al ofrecer excusas, fomentas el accionar y lo haces parecer habitual. - TE DEBILITA MENTALMENTE
Este es un juego de poder, usado por personas que perciben a la otra persona en la relación como más débil o manipulable; los padres lo hacen con sus hijos, utilizando la fuerza de su autoridad, como lo hacen los mayores que intentan vigilar a otro.
Este tipo de sujeto impresiona sobre las percepciones o la perspectiva de la verdad de la otra persona al denegar que algo fue dicho o hecho, y después recomienda que eres tú quien lo creó o lo malinterpretó. Este tipo de persona saca beneficio de lo que sabe sobre tu nivel de seguridad en tus percepciones, de esta forma como tus inseguridades, sabe como socavar hasta hacerte caer debilitado mentalmente. - TE TRATA CON DESPRECIO
La broma, reírse de ti o exhibir movimientos físicos como ver a los ojos para transmitir desprecio por ti, por tus expresiones y por tus acciones, jamás está bien y siempre apuntarán a ejercer control sobre la otra persona. Toda relación sana necesita respeto mutuo, y la sepa de desprecio debería ser una regla para todos.
El desprecio y el abuso emocional no debe ser tolerado, porque es el preámbulo a una relación tóxica. - SE PROYECTA EN TI
Esta clase de accionar tóxico es el truco preferido de un narcisista. En vez de admitir sus sentimientos y responsabilizarse de ellos, el narcisista los proyecta sobre quien tiene cerca, y si es su pareja, más todavía.
Poniendo un caso de muestra práctico: el narcisista se enfurece por algo, pero proyecta en ti su íra y te pregunta porqué estas enojado, (siendo que él es el que está enojado), de esa forma tu vas a estar sometido a defenderte y denegar lo que relata.
Esto cambia la estabilidad de poder de una forma sutil, porque mientras tú eres consciente de su furia -sus puños están apretados, los músculos de su mandíbula haciendo un trabajo, su cara sonrojada- en este momento estás a la defensiva, diciendo que no estás enojado.
Estos hábitos tóxicos, cuando se ven en el todo el tiempo, y son tolerados para no pasar a inconvenientes superiores, causan en la persona afectada sentimientos de impotencia, lo confunden y hacen sentir que no puede ser comprendido. - MANIPULA TUS INSEGURIDADES
Esta estratagema es semejante a enceguecer a un individuo, pero va más allá, lo paraliza, le impide comentar y lo mantiene controlado y contenido. Con este accionar, el manipulador explota el saber que tiene sobre la otra persona.
El manipulador entender que te pones nervioso cuando alguien se enoja, que posiblemente retrocedas si te desafían lo bastante, sabe que comentario tienen la posibilidad de hacerte sentir inferior o anulado. Esto puede ser más complicado de ver, pero si hablamos de un patrón, estás flotando en un mar tóxico y a la merced de un individuo manipuladora.
TU MERECES EXPRESAR LO QUE NO TE AGRADA
Cuando alguien, por medio de manipulaciones o reacciones negativas, discute cada manifestación que hagas sobre un tema o cuando quieres expresar lo que sientes y que no deseas tolerar, te paraliza, precisamente está impidiendo que te expreses, y este pertence a los hábitos más tóxicos de todos, desepcionante y degradante a la vez.
Lo malo que puedes llevar a cabo es responsabilizarte por alguien que no te facilita expresar, principalmente si caes en el hábito de la autocrítica o culparte a ti mismo por seleccionar el “momento equivocado” para nombrar lo que tienes la necesidad de expresar. Este es un accionar enormemente tóxico y manipulador: esa es la conclusión.
Resumiendo:
Una relación sana debe estar asentada sobre tres pilares rígidos y escenciales, si alguno de ellos es precario, o inexistente, la relación no va a poder crecer o se sostendrá de una forma nociva. Tales pilares escenciales de una relación no tóxica son la seguridad, sentirse amado y sentirse libre.
En una relación donde los hábitos tóxicos por lo general son “perdonados” y tolerados a fin de sostener la vida en pareja, la persona aunque no lo logre entender responsablemente, vivirá doblegada.