En la vida de toda persona, las madres son fundamentalmente importantes, desde el origen de la vida, hasta siempre. Pero, principalmente en la niñez son un pilar en la educación, por lo que es trascendental el comportamiento de una madre para marcar el destino o porvenir de los hijos.
Sin embargo, lamentablemente existen casos que los comportamientos de las madres no son los mejores, sintiéndose estos un poco tóxicos. Esto, lejos de fomentar una madurez personal y seguridad en los hijos, anclan pesadas cadenas vetando por completo la independencia física y emocional.
La diferencia entre una persona feliz que desarrolla su potencial y otra que duda a veces, la encontramos en su niñez. Muchas madres no se comportan de forma tóxica a propósito.
En ocasiones las causas de ese comportamiento se hallan en la infancia que ellas mismas tuvieron. Cuando se profundiza un poco en su historia, se encuentra que durante su niñez fueron controladas en exceso por sus progenitores o que estos las humillaban, maltrataban o se mostraban distantes emocionalmente.
Aquí, cinco (5) tipos de madres toxicas que pueden existir:
- Despectiva: Se trata de madres que optan por ignorar los logros de sus hijos. Si estos hacen algo por hacerla sentir orgullosa, simplemente hacen caso omiso del esfuerzo, intentan minimizarlo o lo dan por descontado.
- Controladora: Estas madres se niegan a reconocer que sus hijos son una persona independiente, con una personalidad propia y capacidad para tomar decisiones. Básicamente, el hijo se convierte en una extensión de ellas mismas, y debe estar dispuesto a hacer todo lo que ella desee.
Estas madres pretenden controlar cada aspecto de la vida de sus hijos, incluso lo que deben pensar y sentir.
- Inaccesible: Las madres distantes emocionalmente están presentes físicamente y le proporcionan a su hijo los cuidados que necesita, pero no le brindan afecto.
Se trata de madres inaccesibles, desconectadas emocionalmente, que no responden con empatía a las emociones de sus hijos bridándoles la confianza y la seguridad que necesitan para crecer.
- Envidiosa: Se trata de madres que denigran activamente a sus hijos y son hipercríticas ya que sienten celos de los logros de estos. El problema es que ven a sus hijos como rivales, por lo que les declaran la guerra, de forma abierta o encubierta.
Generalmente recurren a armas como la culpa y la vergüenza. En vez de reforzar la confianza del hijo e inspirar su potencial, piensan que es injusto que tengan éxito cuando ellas no lo han tenido. Como resultado, intentan aplastar sus victorias, haciéndoles sentir mal o culpándoles por su propio fracaso.
- Narcisista: Se trata de madres que están muy preocupadas por las apariencias y las opiniones de los demás, que mantienen una conexión superficial con sus hijos porque están demasiado centradas en sí mismas. Vistas desde fuera, pueden parecer madres modelos, pero lo cierto es que sus hijos se convierten en una auténtica cenicienta.