Pues bien, la confianza abre muchas puertas y ayuda a concretar objetivos que de otra forma ni te plantearías, también es verdad que esta puede hundirte por completo y hacerte vivir experiencias totalmente desagradables.
Estas son algunas de las formas donde la confianza puede hundirte

Al emprender un negocio:
Al inicio como emprendedores, nuestro deber es mantener un comportamiento de aprendizaje. Se necesita de nosotros una amplitud mental para los nuevos desafíos que se aproximan.
Cuando nos sentimos expertos
Sentirse experto en alguna cosa puede ser algo contraproducente. La experticia en un tema muy importante y nos ayuda a obtener dinero por lo que conocemos. Lo que no podemos dejar es que esto nos bloquee el autocrecimiento.
En una relación estable:
Ya sea de pareja o una relación de amistad, una relación es marcada por un gran exceso de confianza la cual puede hacer que se destruya por completo. Dar por sentadas las cosas en una relación solo crea conflictos. Podría estarse perdiendo, y por un gran incremento de confianza se ignora el problema en sí.
Practicando una nueva destreza:
En múltiples ocasiones tenemos en nuestra cabeza el pensamiento de que hacer una determinada tarea es muy sencillo, ya que vemos a otras personas hacerlo de forma fácil. Esto casi siempre es una trampa de nuestra excesiva confianza. Así que antes de mirar el trabajo de los demás y alardear de que tú pudieras hacer lo igual, piénsalo mejor, puede que no tengas la remota idea de lo que dices.
Ante una nueva oportunidad:
Estamos tan confiados en que nuestra situación nunca va a variar. Cuando la situación cambia y estamos en una etapa complicada, recordamos todas esas oportunidades que no supimos aprovechar en aquellos momentos y que de haberlo hecho quizás nuestra propia realidad fuera muy diferente.