Una persona con intoxicación emocional, es producto de una vida llena de conflictos personales que afectan su bienestar físico y psicológico, haciéndoles vulnerables y provocando conductas inadecuadas y trastornos emocionales. Las causas son muchas, pero suele ser en las relaciones o en la infancia, que la persona sufre algún tipo de trauma que le vuelve alguien tóxico, emocionalmente hablando.
Siempre a la defensiva.
Una persona con intoxicación emocional, siempre andará a la defensiva y tenderá a malinterpretar casi cualquier conducta o palabra ajena. Verán como ataque cualquier intento de crítica a pesar de que esta venga con las mejores intenciones, así como rechazará a los consejos de sus más cercanos y les tachará de metiches.
Críticos constantes.
Así como son de delicado para las críticas, son sumamente criticones. Las personas que sufren de este tipo de intoxicación, no solo son críticos con los demás, sino consigo mismos, haciéndolos extremadamente perfeccionista y delicados con respecto a errores en sus labores diarias.
Se cierran ante las emociones.
Al primer indicio de algún lazo emocional, la persona corta la tela para evitar que se forme. Ellos repelen los sentimientos de apego ya que no se sienten capaces de desempeñarse en una posición que le traiga responsabilidad frente a otra persona. Prefieren vivir en solitario y ahorrarse las angustias que puede generarle un lazo amoroso.
Menosprecio y ataque a los demás.
La peor conducta de una persona tóxica emocional, es la del menosprecio al esfuerzo ajeno. Cuando la intoxicación llega a niveles altos, esta persona suele drenarlo por medio de constantes insultos y menosprecio, pues tienen la necesidad de rebajar el bienestar del otro porque sienten que es la mejor manera de liberar su estrés.
Trastorno emocional.
Finalmente, el más notorio signo de un tóxico emocional, es que sufra de algún trastorno emocional. Depresión, ataques de ira, ansiedad, estrés y más, suelen ser algunos síntomas que se reflejan también con los cuatro puntos anteriores.
Es difícil lidiar con una persona que sufra de esto. Si aún no lo hace, recomiéndale que visite algún experto pues esto puede ser controlado, de lo contrario, su vida social se verá destruida.