En muchas ocasiones idealizamos una imagen de lo que creemos que debería ser el amor: tenemos una idea de lo que buscamos, de lo que queremos y de la forma en la que deberíamos vivir el amor a esta edad que nos hace imposible ver la realidad. Nos quedamos con relaciones que no son realmente para nosotros, con personas que hacen imposible que nos mostremos tal y como somos, con situaciones que nos hacen sentir miedo de mostrarnos vulnerables.
Creemos que este amor nos salvará, que será justo lo que necesitábamos, que nos completará y que nos hará felices. Al final del camino la historia es siempre la misma: tristeza y decepción. ¿Por qué seguimos quedándonos en este tipo de relaciones? La respuesta es sencilla: Porque aún no sabemos exactamente lo que queremos. Es hora de aceptarlo y hacer algo al respecto, porque si hay algo que debemos cambiar, es esta experiencia amorosa que nos deja cada vez más vacíos.
1. Creemos en un amor perfecto
Creemos en un amor como en el de las películas y salimos corriendo ante cada pequeña discusión y ante cada signo que indique que la persona que tenemos en frente es muy diferente a lo que pensábamos. No nos damos oportunidades de conocer a nadie en profundidad y es por esto que nunca llegamos a tener una relación verdadera: no comprendemos que el amor no tiene nada que ver con la perfección. Es así como dejamos de lado a quienes podrían haber sido geniales y nos quedamos con esa persona que no nos conviene.
2. Creemos que esa persona acabará con el vacío que sentimos
Otro problema que tenemos al escoger mal es que creemos que otra persona podrá acabar con todos nuestros problemas. En vez de darnos cuenta que somos los únicos responsables de darle sentido a nuestra vida pretendemos que alguien más lo haga por nosotros. Si seguimos pensando así, siempre estaremos destinados al fracaso.
3. Estamos desconectados de nosotros mismos
En algún lugar del camino perdimos la conexión que teníamos con nuestro interior y por años hemos estado haciendo cosas que creemos debíamos hacer, comportándonos de formas que se suponía reflejaban quienes éramos. La verdad es que gran parte del tiempo sentimos que nada tiene sentido y esto es algo que se ve claramente reflejado en nuestra búsqueda del amor: Si no nos conocemos a nosotros mismos ¿cómo podemos mostrarnos ante alguien más?
4. No somos honestos con nosotros mismos
No nos decimos las verdades porque muchas veces nos avergüenza admitir que queremos una relación seria, que queremos a alguien que no se ría de nuestros defectos, que queremos poder mostrarnos vulnerables, pero que eso muchas veces nos asusta. Es así cómo terminamos proyectando una imagen que dice que nada nos importa, que todo es un juego y por lo tanto, atraemos a personas de este estilo a nuestra vida.
5. Buscamos la felicidad en los lugares equivocados
Creemos que el amor nos salvará y que nos hará felices, y si bien es cierto que el amor puede hacernos felices, la verdad es que nadie tiene el poder de cambiar lo que está en nuestro interior: sólo nosotros mismos. Es así como creemos que hemos sido engañados, cuando los únicos culpables fuimos nosotros con nuestras falsas expectativas.
En muchas ocasiones aceptamos relaciones que sabemos no son para nosotros sólo por el miedo a quedarnos solos, pero después de varias experiencias creo que comenzamos a entender que lo peor no es quedarnos solos: sino quedarnos con alguien con quien nunca podremos tener una conexión real. Es hora de dejar de darnos excusas y mirar a nuestro alrededor: ya no nos merecemos tener estas relaciones que nos hacen tanto mal.
Via: Upsocl