“Quédate con un amor
que te dé respuestas y no problemas.
Seguridad y no temor.
Confianza y no dudas”.
-Paulo Coelho-
RESPETO.
Respetar es la capacidad de reconocer a la otra persona justo como es, estando conscientes de sus defectos y esencia. Reconocer es ver y aceptar algo. Cuando aceptamos que la otra persona se desarrolla según sus propios deseos y no los nuestros, estamos respetando sus decisiones y vida en general.
CONFIANZA.
La confianza es una especie de fe ciega en la que no necesitamos comprobar nada de lo que la otra persona dice o hace. La sensación de confianza brinda seguridad y estabilidad a la relación y lo hace crucial para la salud de la misma.
HONESTIDAD.
Es crucial ser sinceros desde un inicio. Una mentira puede sobrevivir como un germen durante mucho tiempo, pero cuando menos lo espera, este germina y comienza a causar estragos en la relación. La honestidad surge por sí sola cuando el amor es verdadero y no debe representar una “carga”, sino un placer.
APOYO.
Es importante que haya apoyo en la pareja. El apoyo mutuo es una de las mejores maneras de demostrar que se preocupan por el bienestar del otro.
“El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es”.
-Jorge Bucay-
BALANCE.
Finalmente, el balance entre dar y recibir es quizá la mejor manera de mantener sano al amor de la pareja. El amor verdadero debe ser recíproco. No aplica esa falsa idea de que los amores son incondicionales. Si solo un miembro de la pareja se digna a dar, es inevitable que el amor se desgaste, ya que quien da, notará la ausencia del cariño ajeno y terminará por cansarse de la relación.
“Eso de que el amor de pareja no espera nada a cambio es un invento de los sumisos: si das, quieres recibir. Es lo normal, lo recíproco”.
-Walter Riso-