De seguro, te ha pasado que llegas a confundir tus emociones, sobre todo, cuando estás enamorada. El enamoramiento es un arma de doble filo cuando no se tiene una buena inteligencia emocional, es decir, una capacidad real de reconocer qué sentimientos se tienen y cómo controlarlos.
Para las personas que entran en el enamoramiento, sobre todo, si es primera vez que sucede; es común que puedan malinterpretarlo con una obsesión. Sí, todos en la vida hemos llegado a estar obsesionados o, en su defecto, tener a alguien obsesionados por nosotros.
Es responsabilidad de nosotros darnos cuenta de cuando eso sucede y también, de tomar una decisión acorde a dicho sentimiento. En una relación, podemos ser tanto víctimas, como victimarios… Pero ¿Cómo podemos tener culpa porque alguien se obsesione por nosotros?
No se trata de culpabilizarte por lo que el otro sienta, sino por no poner un alto cuando te des cuenta que las cosas se salieron de control. Es nuestra responsabilidad decir alto cuando la otra persona está ciega y pierde el control de sus emociones.
Para ayudarte un poco más a diferenciar el amor de la obsesión, te dejamos 5 aspectos de cada uno.
CUANDO ES AMOR
- CELOS: No hay que romantizar los celos, el amor tiene la cualidad de poder controlarlos y reconocer que estos son solo una parte normal de las emociones que deben suprimirse por la sencilla razón de que debemos confiar en la pareja.
- COMPARTIR: El amor nos da la cualidad de querer compartir nuestra felicidad, no solo con esa persona, sino con todo el mundo. Estamos en un constante “nosotros”, porque hemos asumido el compromiso emocional para compartir nuestra vida. Sin embargo, esto no nos hace perder nuestro individualismo.
- ESPACIO: Aunque no lo parezca, incluso en las relaciones más fuertes, el espacio individual es crucial, pues, incluso, en la vida en pareja, hay intimidad para cada uno por separado. Esto no se ve como una huida, de hecho, el espacio debe sentirse como una parte natural de la relación.
CUANDO ES OBSESIÓ
- TE PERTENECE: El sentimiento de pertenencia suele ser el más claro. Este evoca celos enfermizos y ganas de poseer. El amor no dicta control sobre la otra pareja, en cambio, la obsesión sí lo hace. Recuerda que nadie le pertenece a nadie.
- DEPENDENCIA: Por otra parte, sentir que tu vida y felicidad dependen del amor ajeno, es una cualidad típica del obsesionado. Es normal escuchar un “Si me dejas me mato” de parte de quien se obsesiona, así que cuidado con estas manipulaciones emocionales que hacen aceptar a más de uno el estado obsesivo de su pareja por mera lástima y miedo.
- ACTITUDES DE DESESPERACIÓN: Una persona obsesiva puede estar en un estado mental poco estable. La paranoia o el miedo extremo de perderte, pueden hacerle actuar de manera desesperante en todos los sentidos. Finalmente, una persona obsesiva, al estar desesperada, no tiene control o consciencia clara sobre su propia obsesión, es una fuerte venda sobre los ojos que debemos quitarle por las buenas o malas, ya que al final, una relación con un obsesionado, puede tornarse tóxica y hasta peligrosa.