Cuando se produce una ruptura de pareja, lo más normal es que comience un proceso de duelo para las dos personas, incluso puede darse para algún miembro más de la familia. El duelo tiene la función de procesar la pérdida que ha tenido lugar en nuestra vida y de ayudarnos a adaptarnos mejor a la nueva situación.
>Por lo tanto, para superar una ruptura de pareja es casi obligatorio pasar inicialmente por un proceso de duelo. Dejarnos sentir todo el torrente emocional que cada etapa va a traer consigo: ansiedad, miedos, rabia, tristeza…
Es normal que al principio necesites llorar la pérdida, enfadarte con esa persona, echarla de menos… Somos humanos capaces de sentir un gran dolor físico, pero también un gran dolor emocional. No te niegues la posibilidad de caminar por esta etapa de tu vida, no pongas resistencia si realmente lo necesitas.
>Ya no es que sientas emociones negativas congruentes con lo que está ocurriendo, si no que tu mente se ha instalado en el pasado y no deja paso al presente ni al futuro.
Estar en compañía
Las relaciones sociales son una fuente de bienestar y curan el alma. Los amigos, los compañeros de trabajo, la familia y toda aquella persona con la que nos sintamos a gusto tiene un poder enorme que hará que nuestra negatividad disminuya. Si estamos en compañía, haremos más planes, conversaremos, nos divertiremos más, conoceremos a gente nueva y en definitiva, abriremos puertas nuevas en nuestra vida.
La compañía también ayuda a desviar nuestro foco de atención. En estos momentos, la soledad y la introspección en grandes dosis son un alimento muy nutritivo para nuestros pensamientos negativos.
Acción
No te pares. Quizás no te apetece realizar todas las actividades que antes hacías, pero no importa. Hazlas de todas formas. Para ello solo tienes que salir de tu cama, asearte, vestirte y hacerlo. La inactividad también nos ancla en nuestros pensamientos negativos y se crea el círculo vicioso pensamientos negativos-inactividad, inactividad-pensamientos negativos.
Abandonar el rol de víctima
Te han dejado, es cierto, pero no es algo fuera de lo común. A todos alguna vez nos ha pasado. La humanidad ha sobrevivido a estas adversidades, ha rehecho su vida y ha conseguido ser feliz a pesar de ello. ¿Por qué tú no? Tú no eres diferente del resto de personas que han superado una relación de pareja. Ahora bien, esas personas no se compadecían de sí mismas ni se decían una y otra vez que “tienen mala suerte”, “son unos desgraciados”, etc.
A pesar del contratiempo que nos ha tocado vivir, el único camino que nos queda es seguir viviendo y para ello has de verte a ti mismo como un ave fénix, que es capaz de renacer de sus cenizas y nunca como una víctima desesperanzada.
Agradecer lo que tienes
No todo es la pareja. En nuestra vida existen muchos más elementos importantes: la salud, el trabajo, la familia, el ocio, los amigos, las aficiones…¿Por qué enfocarnos solamente en aquello que hemos perdido? Lo ideal es revertir esta forma de tomárnoslo y agradecer todo aquello que sí que poseemos.
Cada día, escribe en un papel lo agradecido que estás por todo lo que tienes. Te darás cuenta de que en realidad tienes más de lo que necesitas en muchas áreas y que la pareja solo es un área de tu vida más que funcionará cuando tenga que funcionar, sin presionarnos para ello.
No necesitar una pareja
El ser humano, contrariamente a lo que podamos pensar, necesita muy poco para ser feliz. Francisco de Asís decía: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito las necesito muy poco”. Nadie necesita a una pareja para estar bien y mucho menos a alguien en particular.
Millones de personas en todo el mundo son solteras y están plenas y felices. Siempre que podamos seguir haciendo cosas valiosas por nosotros mismos y por nuestro entorno, podemos sentirnos completos y verle el sentido a la vida.
La pareja ha de sumar y elegirla en libertad no en base a un vacío interior que no sabemos cubrir de otra manera. Si lo hacemos así, no podríamos considerarlo un amor verdadero y al cabo del tiempo es muy probable que la relación no termine de funcionar.
Si estás pasando por esta situación y has notado que el duelo tenía que haber terminado hace tiempo, te animo a que interiorices estas cinco claves y a que te premies por tus progresos. Si te percatas de que este va mejorando, felicítate por los logros y sobre todo, sigue siendo constante. Ayudarse a uno mismo es un trabajo costoso, pero de los que más merecen la pena.
Fuente: La mente es maravillosa