Las personas nos caracterizamos por ser completamente sentimentales, por ello decir que una persona es negativa o positiva en esencia no es una afirmación del todo justa, pues estas cosas forman parte de nuestra aptitud y se manifiestan según nuestra percepción. No obstante, hay personas que no alcanzar establecer el balance enfocando siempre sus pensamientos y actos hacia una de estas dos polaridades.
Dedicarse a lograr imposibles, una perspectiva muy negativa:

Existen seres que ocupan tiempo de su vida en alcanzar o lograr cosas que se les hace imposibles, esta postura solo desarrolla frustración y ansiedad. Lo único que debes hacer es aceptar lo que no puedes transformar y trabajar en aquello que está bajo tu dominio.
Dejar de intentarlo:
Los seres humanos negativos se rinden fácilmente ante cualquier adversidad, puede que el problema tenga solución y una fácil de ejecutar, pero aquellos pensamientos no lo dejan ver más allá de su propia negatividad.
Tomárselo todo de forma personal:

Tomarse las cosas muy en serio eleva las posturas negativas frente a los otros y frente a uno mismo, es muy fundamental trabajar en el amor propio para empezar a reducirle importancia a los comentarios que dicen los demás.
Quejarse de absolutamente todo:
Cuando una persona se queja de manera permanente incorpora la queja como un modo de vida. En estos sucesos, la percepción de las personas se transforman y su visión se torna negativa ante todo, es decir, su atención se enfoca en desgracias, enfermedades, sufrimiento y se sienten incapaces de valerse por sí mismos.
Comparar tu vida con la de otros:

Al compararte con los otros simplemente estás juzgando tu propio criterio y permaneces en una evaluación constante que solo te lleva a la frustración y, por ende, a la hostilidad.