El estrés suele estar presente en casi todas las épocas importantes de nuestra vida, como los cumpleaños, aniversarios y más. Pero las navidades parece intensificarse por ser una de las festividades universales que, según la sociedad, debe unir más a las familias. Estas son alguna de las causas de estrés navideños en las parejas.
Tradición familiar:
Cuando uno es niño, le enseñan que la navidad es para compartir en familia. Sin embargo, a medida que uno crece y se va independizando, el concepto que tenemos sobre las tradiciones, cambia. Cuando somos adultos y conseguimos una pareja estable, nos llenamos de estrés al tratar de disidir si pasarlo junto a esa persona especial o la familia como se ha venido haciendo siempre. Te recomendamos dividir tu día y dedicar el tiempo de la mañana a tu familia y el de la noche a tu pareja o viceversa. Otra opción es pasar el 24 solo con tu pareja y el 31 de diciembre con tu familia, o viceversa también.
Falta de tiempo y espacio para el “YO”.
Podemos llenarnos de estrés cuando nos sobre-preocupamos por complacer a los demás, incluyendo la pareja. Este estrés puede ser peligroso, ya que podemos terminar colapsando y decidiendo no complacer a nadie. Lo mejor que se puede hacer es crear una lista de las cosas que puedes hacer y dar con tu pareja y tu familia. Ellos, si te aman de verdad, no se pondrán exigentes porque des poco, lo importante es que dediques tiempo.
Exceso de tecnología.
La tecnología se hizo con el fin de unir a las personas que están lejos, pero ha terminado separando a los que están cerca. Te recomendamos apagar tu teléfono y olvidarte de él durante la cena navideña. Dedica toda tu atención a quien te acompaña en ese día tan especial.
Regalos.
Finalmente, no hay cosas que estrese más que no saber qué regalar. Pregúntate, qué ha visto tu pareja últimamente que le haya hecho decir “LO QUIERO”. Esto es cuestión de memoria. Piensa bien en las salidas al centro comercial que tuviste con tu pareja y has memoria, sorpréndele con eso que vio hace semanas atrás y no pudo comprarse. Otro buen regalo, puede ser una cena romántica a fin de año en alguna azotea, donde puedan ver los fuegos artificiales y tomar vino y comer un buen plato navideño.