Si crees que conocer a una persona para formar un nuevo plan de vida, es algo complejo, pues sí, lo es. ¿Qué esperabas, que dijera que no? Pues sí, es realmente complicado conseguir a alguien que encaje en nuestro corazón, no porque seamos egocéntricos, sino porque cuando se trata de amar, hay que exigirse a uno mismo, conseguir a alguien que esté a la altura de nuestras expectativas, después de todo, darás parte de tu dignidad a ese alguien. Dentro de todo ello, existen 3 tipos de personas que debes evitar a toda costa:
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Narcisos:
Está bien amarse, pero estar “enamorados” de uno mismo, es distinto. Esa fascinación y deseo excesivo por lo que uno es, por su propio cuerpo y por el simple hecho de ser quien eres, es peligroso. Este tipo de personas siempre llevará su vida creyendo, que el centro del universo, es él/ella. El narciso te pondrá en un nivel de inferioridad siempre, al mismo tiempo que hablará de tus defectos de manera comparativa con las virtudes de él, y todo lo que se diga, se haga o se piense, tendrá que ver con el narciso.
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El cursi enamoradizo.
No está mal el romance, los poemas y tener un poco de sentimentalismo en la relación. De hecho, muchas parejas creen que el amor verdadero se mantiene gracias a esta transmisión constante de emociones. El problema viene cuando la manera de expresarlo, se sale de control.
Si buscamos a alguien para una relación duradera, tenemos que conseguir una persona con los pies en la tierra, que sepa que no todo es color de rosa y que no esté sujeto a expectativas, sino a hechos. Que pueda reconocer que lo malo de las relaciones, es algo natural y que no todo será bonito y perfecto. Ese es el problema de los cursis enamoradizos, que muchas veces se entregan de manera ciega, idealizando al otro, y cuando se percatan de que existen defectos, ese supuesto “amor eterno” que sentían, se acaba en segundos.
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Las personas indecisas.
Si usted no sabe lo que quiere, entonces no busque una relación. Simplemente, exprese su deseo por llevarse a la cama a alguien y ya, que el sexo no es malo, lo malo es mentir para conseguirlo.
Para entrar en una relación, hace falta convicción, seguridad y, sobre todo, valentía. No podemos pretender ser parte de la vida de otra persona, cuando somos solo un “tal vez”, en dicha vida ajena.