Con el tiempo, la relación suele perder el sentido de la afectividad, y es que el estar enamorado, científicamente comprobado, se acaba. Al acabar esta afectividad solo tenemos dos opciones, buscar alguien nuevo para enamorarnos temporalmente, o amar.
Amar es una decisión, y la acción de hacerlo implica aceptar ciertos defectos que surgen dentro de dicha relación. Uno de los mayores conflictos de las relaciones, se debe al tema de las discusiones, y cerca del 80% de ellas surgen por malos entendidos. Para evitar caer en ellos, debemos mantener el cuidado de, no solo las cosas que decimos, sino, cómo las decimos. Por ello, te damos 3 reglas para evitar que un malentendido se desarrolle.
Hablando de tus deseos, omite la partícula “no”
La palabra “no”, por corta que parezca, tiene una fuerte importancia dentro del ámbito comunicacional. Debemos evitar hacer comentarios negativos cuando queramos expresar nuestros deseos. Por ejemplo:
Mal: ”No quiero que me controles“.
Bien: “Quiero que confíes en mí”.
La idea no es que suprimas tus deseos, sino que los expreses de una manera distinta.
Intenta usar “y“ en lugar de ”pero”
Parece sencillo, pero hay que tomar práctica de ello para lograr acostumbrarte. El esfuerzo valdrá la pena porque este pequeño cambio, no solo te ayuda a evitar malos entendidos, sino que también puede frenar una discusión que ya está en curso.
Siente la diferencia:
Mal: “Te entiendo pero quiero que tú también me entiendas“.
Bien: ”Te entiendo y quiero que también me entiendas”.
Los peros suelen tomarse como una excepción negativa a una idea propuesta. En otras palabras, es como si todo lo dicho antes de un “PERO”, en realidad no importase, porque lo que la gente suele esperar es lo que hay detrás de ese “pero” y no lo que en realidad engloba toda la idea que planteaste.
No arruines un gesto positivo con réplicas negativas.
Seguro has notado que algunas personas, incluso cuando son elogiadas, expresan cierta negatividad, bueno, así funciona el cerebro humano. Este reacciona de manera activa a lo malo, por lo tanto, si vas a decir un cumplido evita dar una crítica.
Mal: “La cena te quedó muy deliciosa, nada que ver con la de ayer“.
Bien:” Gracias por la cena, ¡estuvo muy deliciosa!”
Constantemente, subestimamos el poder de la palabra y nos da mucha pereza pensar un segundo antes de hablar. Cada palabra cuenta y mientras más cuides las cosas que dices, menos malos entendidos habrá en tu relación.