Por medio de la investigación de Mary Ainsworth y John Bowlby, la teoría del apego nos habla que cada persona posee cierto tipos de apego, es decir, maneras en las que se relacionan con los otros la cual desarrollan desde la niñez y cargan hasta la vida adulta, sobre todo en las relaciones amorosas.
El sistema de apego es un piloto completamente automático para cada individuo. Cuando éste funciona de manera correcta, es posible que la persona goce más de su vida ya que tendrá la seguridad de que se encuentran en buenas manos, es decir, estarán bien en caso de que algo salga mal. Pero si el sistema falla, la reacción de lucha o huida, se enciende y la persona se convierte hipervigilante y ansiosa ya que sabe que en cualquier instancia las cosas saldrán mal.
Clases de apego:

1. Apego evitativo:
Las personas que evaden el rechazo y siente incomodidad con el acercamiento, lo que ocasiona es que se aleje de los demás así como de situaciones que ponen en riesgo su autonomía.
2. Apego ansioso:
Esta clase de individuos cuando están en momentos de total angustia, se convierten hipervigilantes ante cualquier indicio (real o imaginaria) de que su pareja puede distanciarse de ellos.
3. Fijación segura:
Poseen la seguridad de que una persona los respalda, es decir, están totalmente seguros del otro individuo y de ellos mismos. Cuando se fija este código desde la niñez, son más propensos a llevar una vida serena ya que lo dominan con éxito hasta la adultez, lo que hace que obtengan relaciones largas y plenas.
¿Toda tu vida nos encontraremos en relaciones tóxicas?

No. No es para nada necesario que continúes los mismos patrones de tu infancia, no obstante, para deshacernos de esto tienes que trabajar mucho y una de las mejores opciones es buscar ayuda profesional.
También es esencial que trabajes en tu seguridad y autoestima. Puedes hacer actividades las cuales te generen felicidad y no enfoques todo hacia las relaciones románticas.