A no ser que seas anímico emocional, cualquier tipo de ruptura duele. Y es precisamente ese dolor el que nos hace tomar decisiones que están fuera de un sano juicio.
Si eres inteligente, podrás controlar esas emociones y evitarás cometer estas tres estupideces típicas luego de terminada tu relación.
-
Prolongar la historia.
Solo basta con que una de las partes decida terminar la relación para que nosotros tomemos nuestra maleta y nos marchemos. Una relación está compuesta por la voluntad de ambas personas por permanecer juntas, y a no ser que estés realmente segura de que la otra persona está tomando una decisión apresurada, es mejor que le dejes ir.
Prolongar la historia puede desembocar en una relación tóxica.
-
Ausencia total.
Muchas personas toman la decisión de desaparecer del mapa. Si lo haces porque quieres reencontrarte contigo misma, estar en paz y analizar a solar qué camino quieres tomar, adelante. Pero, ausentarte solo porque quieras ahogarte en tu depresión y rabia, no hará más que eso, ahogarte en tus emociones.
Cuenta con el apoyo incondicional de tus amigas o hasta de tu madre para sobrellevar esa carga emocional.
-
Quedarse en el pasado.
El peor error de todos es quedarse estancada. Sé que duele, sé que se siente, he pasado por ello y con propiedad te digo, el pasado no te dará nada.
Aprende de ello, sigue adelante y mira todas las posibilidades que tienes. Cuando se cierra una puerta, miles más es abren. No tomes decisiones apresurada, date un tiempo, conócete y avanza con calma.
El tiempo se encargará de sanar mientras tú hagas tu parte y no sigas hurgando en la herida.